El Real Madrid hizo historia este sábado en Kiev al ganar su 13ª Champions y la tercera consecutiva, hazaña, esta última, que nadie había conseguido con este formato de competición.
El Liverpool duró lo que tardó su estrella Salah en abandonar el partido tras un encuentro con Ramos. El egipcio se marchó lesionado al vestuario a los veinte minutos y ahí terminó la emoción.
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Hasta ese momento el partido lo controlaba el Liverpool y el Madrid era incapaz de superar la presión de los ingleses.
Tras la marcha de Salah la final fue del Madrid, que probablemente ya no necesitaba ayudas para levantar otra orejona, pero el portero alemán del Liverpool, Karius, se convirtió en el protagonista inesperado de la final.
Dos pifias tremendas en el primer y tercer gol dejaron sin opciones al Liverpool que consiguió empatar a uno pero luego no pudo superar el golazo de chilena de Bale y el segundo regalo del guardameta.
El caso es que nadie se acordará de esto y sí de la 13ª Champions del Madrid y su tercera consecutiva. The best.