ECONOMÍA CIRCULAR
Si echamos la vista atrás por aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, nos daremos cuenta que estamos reinventando conceptos y procesos muy antiguos bajo una marca diferente aprovechando las técnicas de marketing. Hablamos de “alimentos ecológicos”, “reutilización”, “economía circular”, como si ello no hubiera sido considerado desde siempre. Todos recordamos el aprovechamiento de manufacturas textiles que se modificaban, de manera habitual, para darle otro uso; la reparación de maquinaria, para continuar con su utilización; la más amplia durabilidad de los productos, por lo que se generaban menos residuos; etc. Además, hoy en día, estas prácticas siguen siendo consideradas en muchos países.
La economía circular se perfila como una de las mejores alternativas para la reducción de residuos y consiste en aplicar los conceptos de reducir, reutilizar, reparar y reciclar desde la concepción del producto o servicio hasta el momento final de su vida útil. Actualmente, la economía en países desarrollados se basa en tomar, hacer o usar y desechar.
Ahora bien, en un país en el que, de forma generalizada, no existe el apoyo a las energías renovables para que se conviertan en elemento habitual manejado directamente por los ciudadanos, en el que los incentivos a reciclar y reutilizar no se consideran, en el que la facilidad de recogida de residuos está muy dispersa, ¿qué se puede esperar?
Las pequeñas empresas y particulares deben hacer grandes esfuerzos para que este concepto de economía circular salga adelante buscando, quizá, apoyo en organizaciones e instituciones internacionales que la fomenten e incentiven de manera clara e intensiva para que se convierta en un proceso real para reducir los residuos. No obstante, tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiarlo con pequeños detalles y mucha perseverancia: cocinando de forma adecuada, controlando los consumos de agua y energía, depositando cada residuo en su contenedor, modificando los productos que vamos a desechar con nuestras propias manos para reutilizarlos.
CIRCULAR ECONOMY
If we look back at that «any past time was better», we will realize that we are reinventing very old concepts and processes under a different brand taking advantage of marketing techniques. We talk about «organic food», «reuse», «circular economy», as if it had not been considered forever. We all remember the use of textile manufactures that were modified, in a habitual way, to give it another use; the repair of machinery, to continue with its use; the longest durability of the products, so that less waste was generated; etc. In addition, today, these practices are still considered in many countries.
The circular economy is emerging as one of the best alternatives for waste reduction and consists of applying the concepts of reduce, reuse, repair and recycle from the conception of the product or service until the end of its useful life. Currently, the economy in developed countries is based on taking, making or using and disposing of.
However, in a country where, in a generalized way, there is no support for renewable energies so that they become a habitual element directly managed by citizens, in which the incentives to recycle and reuse are not considered, in the that the waste collection facility is very dispersed, what can we expect?
Small companies and individuals must make great efforts so that this concept of circular economy can go forward looking, perhaps, for support in international organizations and institutions that encourage and incentivize it in a clear and intensive way so that it becomes a real process to reduce waste. However, we have in our hands the possibility of changing it with small details and a lot of perseverance: cooking properly, controlling the consumption of water and energy, depositing each waste in its container, modifying the products that we are going to discard with our own hands to reuse them
Antonio González Losa
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