Encuentran el cuerpo momificado de una mujer de 78 años en su domicilio de Valencia después de que un vecino sospechara que le había dado un ataque. El cuerpo llevaba en el lugar desde hacía cuatro años y nadie había denunciado su desaparición.
María Amparo Plaza, residente en el barrio valenciano del Cabanyal, falleció sola en su casa hace cuatro años. Fue un vecino, con el que comparte un deslunado, quien atisbó esta semana los pies de la fallecida a través del cristal cuando se disponía a limpiarlo. Pensando que le había dado un ataque, llamó a los Bomberos.
Cuando entraron en el domicilio, se encontraron el cuerpo de la anciana en una silla de la cocina en avanzado estado de momificación. Había fallecido por causas naturales y el estado que presentaba había evitado el mal olor que produce la putrefacción. Durante esos años, nadie puso a las autoridades sobre aviso de su desaparición ni se preocupó por ella.
De hecho, al no constar oficialmente su defunción, su cuenta de ahorros ha seguido recibiendo el abono de su pensión, así como las facturas de los gastos de su casa. María Amparo Plaza residía en una vivienda de dos plantas perteneciente a un fondo buitre.
