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Las ‘perlas’ de Salamanca

El término Barroco procede del portugués 'barrut', que viene a significar algo así como perla de forma diferente o irregular
La ventana Barroca de la Capilla de Vera Cruz. FOTOS. Pablo de la Peña.

Jesús Málaga, presidente del Centro de Estudios Salmantinos, y La Crónica de Salamanca inician una serie sobre monumentos, rincones, rutas y lugares ‘escondidos’ de nuestra ciudad bajo el título de: Salamanca, de la sombra a la luz

 

Hubo tragedias notables en la Salamanca de los siglos XVII y XVIII. Especial, por sus dramáticas consecuencias, fue la del 26 de enero de 1626 durante la festividad de San Policarpo, una lluvia torrencial destruyó más de cuatrocientas casas, diez arcos del Puente Romano y una media de doscientas personas murieron ahogadas.

Pero, también fue un tiempo próspero, gracias en parte a mecenas como la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, que con su dinero se construyeron joyas arquitectónicas como La Clerecía, bautizada como el Colegio Real del Espíritu Santo. Hay más, como La Purísima, la Plaza Mayor y la saga de los Churriguera, el retablo de San Esteban…

Detalle de la ventana Barroca de Santa María de los Caballeros.

El porqué de irnos casi 400 años en el tiempo es para traer a la serie Salamanca, de la Sombra a la Luz las ventanas Barrocas y ponerlas en valor siguiendo con la filosofía con la que nació esta serie y quizá se pueda realizar una ruta turística recorriendo los edificios que las integran.

Detalle de la ventana Barroca de la capilla de Vera Cruz.

El término Barroco procede del portugués ‘barrut’, que viene a significar algo así como ‘perla’ de forma diferente o irregular. Se utilizó en un primer momento de forma despectiva para indicar la falta de regularidad y orden del nuevo estilo. En el barroco también está una excesiva ornamentación de techos, paredes, fachadas, columnas, puertas, ventanas e interiores, buscando aprovechar para ello cada rincón, procurando no dejar espacios vacíos.

El estilo barroco tiene ventanas grandes, en general que van del techo al piso. Hemos elegido cinco ventanas barrocas que son un ejemplo fiel de este estilo y además son muy diferentes entre sí: la de Las Claras, la de san Isidoro, la de San Martín, la de Santa María de los Caballeros y la de la Veracruz.

La ventana Barroca del convento Las Claras.

El convento Las Claras

Los cimientos de este edificio son del siglo XIII, pero un incendio lo destruyó y volvió a ser levantado en el siglo XV. Esta no fue la última modificación, porque en el siglo XVIII fue modificado convirtiéndolo, en buena parte, en un edificio Barroco, como es el retablo de la iglesia, el órgano y la gran ventana.

Es un convento de clausura, por lo que no es visitable, pero sí está abierta una sala museo del Convento, donde se puede apreciar la Iglesia de estilo barroco con ornamentación churrigueresca en sus bóvedas. En el muro norte se observa un espléndido órgano barroco usado actualmente por las religiosas.

Todas estas dependencias después del descubrimiento de las pinturas murales, fueron restauradas entre 1986 y 1989 por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León.

En el año 2001 fue inaugurada la sección Etnológica «Cereceda» donada por Serafín Marcos de Paúl, colección de objetos variados de la cultura rural.

La ventana barroca de San Isidoro ubicada en la calle Libreros.

San Isidoro

La iglesia de San Isidoro es conocida por los salmantinos como la de San Isidro. De la parte original del templo construido en el siglo XI no queda nada. Fue reconstruido en el XVI y solo se ha conservado la portada, que es de estilo plateresco y una ventana barroca en la calle Libreros, pero antes de la construcción del edificio de Genaro de No estaba en la calle Francisco de Vitoria.

Según cuenta la leyenda, fue en este lugar donde se guardaron los restos de San Isidoro de Sevilla, cuando fueron trasladados hacia León.

La capilla de la Virgen del Carmen de San Martín.

San Martín

En su día, allá por el siglo XII, San Martín fue una de las parroquias más importantes de la ciudad medieval. El templo románico de mayor interés después de la catedral vieja. Su fundación, en 1103, se debió a Martín Fernández, caudillo de los toreses.

Esta primitiva iglesia vio alterado su plano con distintas adiciones: tribuna del coro, portal meridional y construcción de la capilla de los pies. El coro, obra de Juan de Álava, se levantó sobre una bóveda de crucería rebajada; se accede a través de una escalera con relieves lombardos en el pretil; la portada del mediodía, siguiendo gustos de Gil de Hontañón, fue construida entre 1582 y 1586 por Francisco Viloria y Francisco Montero.

La capilla de poniente, que es la ventana a la que nos referimos en esta serie, dedicada antes a la Virgen de las Angustias y ahora a la del Carmen, se resolvió con cúpula sobre pechinas y transparente volado hacia la calle. En origen, hacia 1695, fue fundada por el mercader de paños Juan Muñoz del Castillo y su mujer María de la Cruz Guerra, quienes en 1686 habían patrocinado la Capilla de Música; la obra actual parece ser del año 1723.

Santa María de los Caballeros.

Santa María de los Caballeros

La Iglesia de Santa María de los Caballeros fue fundada en 1214, aunque el edificio actual es del siglo XVI. En la fachada destaca una figura de la Inmaculada que se encuentra sobre la puerta de acceso.

Este templo está ubicado en la calle Bordadores, donde se puede apreciar la ventana barroca que data de 1742 y que corresponde al camarín central del retablo mayor. Es adintelada con gran decoración en relieve y es obra del artista Francisco Pérez Estrada.

Santa María de los Caballeros.

Actualmente es la Biserica Ortodoxa-Romana, en el año 2010 el Obispado de Salamanca cedió esta iglesia a la Iglesia Ortodoxa de Rumanía, creándose así una parroquia para los numerosos rumanos que residen en la provincia.

 

Vera Cruz.

Capilla de la Vera Cruz

Todos los que visitan Salamanca experimentan cierta emoción al pasear por la calle de las Úrsulas y el Campo de San Francisco. El ambiente urbano recreado por los conventos de clausura que allí se encuentran proporciona una aportación a la estética y al sosiego que en pocos lugares se puede encontrar.

En una de sus esquinas se encuentra una pequeña capilla que invita a entrar a su interior. Una vez dentro, algo llama poderosamente la atención del observador. De rodillas, en el altar mayor, se encontraba hasta este mes de febrero una religiosa vestida de novia que, en silencio, adora al Santísimo Sacramento día y noche.

Los fieles acompañaban a la monja con sus oraciones en un silencio sepulcral, sólo roto por el paso de las hojas de algún libro de meditación. Este escenario teatral deja perplejo al hombre de hoy, acostumbrado al ruido y la acción.

Vera Cruz.

La capilla barroca, obra de Joaquín Churriguera, responde a la máxima del horror al vacío, tan propio de aquella época. Cuando nos suponemos repuestos del impacto comenzamos la percepción de la decoración de la iglesia. Poco a poco van apareciendo ante nuestros ojos obras escultóricas de gran calidad, datadas en torno a 1713 y 1714, años en los que se reconstruye el templo propiedad de la cofradía de la Veracruz.

Junto a la iglesia se encontraba un pequeño hospital que regentaba la cofradía, desaparecido al integrase en el Hospital General de la Santísima Trinidad.

Documentación:
ciudaddesaberes.es
salamancartehistoria.blogspot.com
salamancaenelayer.blogspot.com
asturnatura.com

1 comentario en «Las ‘perlas’ de Salamanca»

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