La Filmoteca de Castilla y León nombra su sala de cine en homenaje a Juan Antonio Perez Millán, lugar en el que a partir de este martes habrá una placa con una de sus frases más características.
Este martes se ha celebrado un acto de conmemoración del que fuera el impulsor y director de la Filmoteca durante varios años al que no han faltado autoridades locales y regionales y al que ha acudido Lola Morán, quien fuera su pareja.
Hace poco más de un año que falleció Juan Antonio Pérez Millán, por lo que este martes ha sido un día emotivo para la Filmoteca. La directora de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León ha manifestado que “seguimos viviéndolo y seguimos recordándolo” y que “lo hacemos dando su nombre a la sala de cine; ese lugar donde la vida se apaga durante el tiempo que estamos dentro y se transforma en sueños”.
Mar Sancho ha afirmado que siguen “teniendo presente el legado” de Pérez Millán y que la Filmoteca “continúa impulsando la recuperación, difusión, divulgación de nuestro patrimonio audiovisual”. Se ha añadido este año “una de las inquietudes personales” del exdirector, “que era el contagio del gusto por el cine”. Se trata de talleres didácticos para niños de 7 a 12 años.
“El mejor homenaje para quien gustaba del cine como pocos es, precisamente, ver cine”, añadió Sancho, por lo que esta mañana se ha podido disfrutar de varios de los documentos recuperados recientemente por la Filmoteca.
Por su parte, Julián Barrera, diputado de Cultura, en su intervención, ha querido destacar la labor profesional de Juan Antonio Pérez Millán, así como su parte humana. “No lo conocí personalmente”, señaló, “pero me consta, por los allegados, de lo magnifica y excelente persona que era, de la entrega a su trabajo, de la amistad con su compañero, de la solidaridad que tenía, de su compañerismo y del amor por Salamanca”.
Mayte Conesa, directora de la Filmoteca, afirmó que la proyección en homenaje a Pérez Millán iba a ser “muy especial” por incluir tres nuevas recuperaciones audiovisuales. ‘Viaje a Palestina’ es una de las piezas recuperadas, un nitrato de principios del Siglo XX; como también ‘El león envejecido’, un metraje ruso del que se considera el padre de la animación con muñecos en los años 30; y, por último, una pieza salmantina breve que es un paseo por la ciudad de los años 20 de la familia Pérez-Moneo.
Por: Paula Castro