La organización continúa trabajando en la búsqueda de un artista de relevancia en el panorama nacional para rendirle homenaje en la edición de este año
ICAL. La XXXI edición del Sonorama ya tiene cartel, que este año contará con Liam Gallagher, Izal o Enrique Bunbury como cabezas de un festival que reunirá, entre los día 8 y 12 de agosto, a más de 130 artistas en Aranda de Duero (Burgos).
La organización continúa trabajando en la búsqueda de un artista de relevancia en el panorama musical, que lleve muchos años encima de los escenarios y que siga teniendo nombre en el panorama musical -como fue el caso de Raphael o el Dúo Dinámico- para rendir homenaje en esta edición.
«Nos encantaría tener a Julio Iglesias», reconoció el coordinador de Producción de Sonorana, Juan Carlos de la Fuente, aunque aclaró que en ningún momento la organización ha confirmado su asistencia a esta cita. Por el momento se está trabajando para contar con un artista nacional pero reconoció que «no es fácil» porque a muchos de estos artistas les da «cierto reparo» enfrentarse a un público o a un recinto que no es el habitual para ellos, añadió.
Junto a la presencia de los cabezas del cartel, habrá otras bandas como Sidecars o Rozalem, que tiene «una carrera muy independiente». «Seguimos rompiendo moldes y dando cobertura a esos otros estilos que no se enmarcan en el estilo ‘indie’», explicó De la Fuente. La propuesta por bandas emergentes es otra de las sellas de identidad del festival.
«Sonorama será el único festival de España en el que no hace falta tener una buena agencia de comunicación» para contar con los participantes. El año pasado fueron unas 150 bandas y este año serán algunas menos, alrededor de 130.
De cualquier manera, desde la organización se considera que lo que da «entidad» a este festival después de más de dos décadas de vida es la realización de la actividad en un recinto cerrado y «dar vida» a la localidad que lo acoge, con un patrimonio cultural «estupendo» maridado con el vino y el lechazo de la zona. «Lo que nos da notoriedad es el ambiente, el maridaje con la cultura popular porque esto es muy parecido a cualquier romería de nuestros abuelos, pero llevada al siglo XX».
Unos 90.000 asistentes
De la Fuente se felicitó por que la venta de abonos se está desarrollando «excepcionalmente bien» y auguró que se colgará el cartel de no hay billetes en las próximas dos o tres semanas. El año pasado se contabilizaron unas 90.000 personas, una cifra que se espera igualar este año en un momento en el que el turismo de festivales está viviendo «un gran momento».
Tal es la afluencia, que se están registrando momentos de espacio e incluso algunas incomodidades, por lo que desde la organización se incidió en que se lleva dos años trabajando en un nuevo espacio porque «no damos abasto». El «reto» pasa por seguir teniendo «el mejor festival de España» y por estar «a la altura» de los reconocimientos recibidos. Por el momento, este año se anuncia que habrá más espacio y que la entrada al recinto será el doble de ancha, lo que
agilizará la entrada de los asistentes.
La directora general de Políticas Culturales, Mar Sancho, elogió este festival en el que volverá a sonar «la mejor música» y que cuenta con un espacio «privilegiado» para un público «exigente pero perfeccionista», que ha convertido a Sonorama en una cita «reconocida y muy valorada» a nivel nacional en internacional. No obstante, de las 90.000 personas que asistieron el año pasado, muchas de ellas procedían de otras Comunidaes, y también hubo numeroso público de otros países, en especial Inglaterra, Francia y Portugal.
Para su celebración, la Junta ha incrementado en un 50 por ciento la aportación del año pasado, que pasará de 20.000 a 30.000 euros en esta edición. Desde la organización se reivindicó una mayor ayuda institucional porque a medida que crece el festival, también se incrementa el gasto y el riesgo de los promotores, al haber alcanzado una inversión que este año será de 2,5 millones de euros.
Por último, desde la Junta se ensalzó el impacto económico que supone esta cita musical, que genera alrededor de 500 empleos directos y moviliza a unos 400 voluntarios. Además, el 80 por ciento de los proveedores de este evento son de Castilla y Léon y entronca con el entorno de la Ribera del Duero. Además, se calcula que el año pasado generó un impacto económico en la zona superior a los ocho millones de euros.