Manolo García inició este sábado su concierto en el Multiusos diciendo que quería quedarse a vivir en Salamanca, porque no le habían cobrado el suplemento cultural en el quiosco ni el café en el bar al reconocerlo, y acabó cantando entre el público en un concierto impecable en el que, por poner un pero, se echaron en falta más temas clásicos del artista barcelonés de los que hacen vibrar a la audiencia.
Y es que Manolo García ha aterrizado en Salamanca dentro de su gira de conciertos con la que presenta su nuevo disco, Geometría del Rayo, con el cartel de entradas agotadas en la mayoría de conciertos. Eso no es óbice para que hubiera derretido a la concurrencia con sus grandes temas.
La gira discurre en teatros y auditorios durante la primavera y proseguirá en grandes recintos durante el próximo otoño en diez únicas ciudades.
Cuando cumple dos décadas de trayectoria en solitario, precedidas del inolvidable El Último de la Fila, el músico barcelonés entrega este Geometría del rayo, puro Manolo García, un cantante muy querido por su público y que no le reprocha que centrara su concierto en la Geometría del Rayo en lugar de deleitar con sus hits, que el público celebra y canta de memoria, y que apenas asomaron en el recital.
Grabado entre Rhinebeck (NY) y Girona, Geometría del rayo reúne 16 canciones con la firma de Manolo García –incluida una doble versión de Océano azul–. El público agradece la nueva producción de su artista, pero si le hubiera dado más gusto con sus grandes temas, le habría puesto un piso en Salamanca, para que se quedara a vivir aquí.
