La casa de los mil inquilinos

La actual calle Tentenecio se llamaba en el siglo XII Santa Catalina.Vamos a contar la historia de las casas que había en esta calle, en la que aún queda una en pie, cuyos cimientos puede que tengan más de 650 años de historia
La casa de la calle Tentenecio. Foto. Pablo de la Peña

Jesús Málaga, miembro del Centro de Estudios Salmantinos, y La Crónica de Salamanca inician una serie sobre monumentos, rincones, rutas y lugares ‘escondidos’ de nuestra ciudad bajo el título de: Salamanca, de la sombra a la luz

Subida de la calle Tentenecio. Foto. Pablo de la Peña

Bajas por la calle Tentenecio y en el número 1 hay un portalón y encima un arco, donde se ve otro número, esta vez grabado en piedra, es el 4. Esta casa que está casi adosada a la Catedral tiene una historia de casi 650 años. La actual calle Tentenecio antiguamente se llamaba Santa Catalina.

Vamos a contar la historia de esta casa (y quizá de alguna más que ya no se conservan porque la información para este reportaje está tomada de los libros de Actas Capitulares de la Catedral de Salamanca que hablan de casas en la calle Santa Catalina, sin numerar).

En el siglo XIV

La primera constancia que se tiene de esta casa en el libro de Actas Capitulares de la Catedral de Salamanca es de 1378 -recordar que la Catedral Vieja comienza a construirse en el siglo XII y concluye en el XIII y la nueva no comienza a edificarse hasta 1513- El 26 de julio de 1378 anotan la renuncia del canónigo Fernando Martínez de Alba de las casas en Santa Catalina donde solía morar el canónigo Gonzalo Yáñez, linderas de otras casas de Santa María, que tenía por ciento treinta maravedíes.

Portalón de la casa de la calle Tentenecio. Foto. Pablo de la Peña

El final de siglo XIV es un ir y venir de canónigos por las casas de la calle Santa Catalina. Por ejemplo: el 16 de marzo de 1383 hay constancia de la petición de Juan Fernández de Sahagún, sobrino del arcediano de Medina Alfonso Asero, al Cabildo para que las casas que tenía en renta en la calle que va desde Santa Catalina hasta la puerta del Río a mano izquierda, por ciento quince maravedíes al año, se las concedan en renta por su vida y la de su mujer Blanca Fernández.

Por la ubicación, quizá la casa que aún se conserva en Salamanca podría ser ésta: Renta del racionero Juan Sánchez de unas casas con sus corrales en la calle de Santa Catalina, linderas de la capilla nueva, por ciento treinta maravedíes de moneda vieja y un par de gallinas. Otorgó por fiador al racionero Ruy González. Reflejado un 6 de octubre de 1413. Cambiamos de siglo.

En el siglo XV

Cuando muere el inquilino, como ocurre el 22 de octubre de 1414, también se refleja. Renta del canónigo Alfonso Martínez de Paz de las casas, vacantes por muerte del racionero Juan Sánchez, situadas en la calle de Santa Catalina, linderas de una parte con la iglesia mayor y de la otra parte con casas de la dicha iglesia, por ciento veinte maravedíes de moneda vieja o de reales de plata y un par de gallinas.

El portalón de la casa que se encuentra en la actual calle Tentenecio, anteriormente, calle Santa Catalina. Foto. Pablo de la Peña

Al igual que ocurre ahora, estas casas también eran ocupadas por estudiantes. Así el 2 de octubre de 1416, Alfonso de Cuenca, estudiante de Cánones, hijo del maestre Alfonso, físico, alquila por cuatrocientos treinta maravedíes viejos y cuatro pares de gallinas. Otorgó por fiador de la renta y reparos a su padre.

También en el siglo XV había traspasos así se puede leer en el acta del 7 de agosto de 1443. Traspaso del racionero Bernabé Sánchez de las casas que tenía en renta del Cabildo en la calle de Santa Catalina, donde solía morar Gonzalo Fernández, curtidor. Las traspasó al racionero García Álvarez por un maravedí más de renta.

Calle Tentenecio. Joaquim Morelló 1910.En 1910, Joaquim Morelló i Nart (1858-1926), farmacéutico catalán muy aficionado al excursionismo.

Si el inquilino hacía reformas en la casa o la arreglaba, estas mejoras servían para que se les rebajara el alquiler. Gracia concedida por el Cabildo al doctor Juan García de Medina por las mejoras y reparos que hizo en las casas donde vive, cerca de la catedral, junto con las casas del Estudio que fueron del Cabildo. Le
concedieron una rebaja de ciento cincuenta maravedíes de moneda vieja cada año de su vida en la renta de las casas que tiene en la calle de Santa Catalina.

El año del descubrimiento de América, Fernando Bravo, en nombre de Gonzalo de Bonilla, le hace un requerimiento al mayordomo Tristán de Noreña para que recibiera lo que se debía de las casas de Santa Catalina «e que estaba presto de lo pagar».

A finales del siglo XV, el 3 de agosto de 1498, hay un requerimiento de Diego de Medrano, en nombre del Cabildo, del acuerdo al canónigo Francisco Palomeque. Gracia concedida por el Cabildo a Gómez Herrador y a su mujer de mil quinientos maravedíes corrientes por las mejoras que hicieron en sus casas, enfrente de Santa Catalina.

Ocho años antes de construirse la Catedral Nueva

Los últimos apuntes que se recogen en el libro de actas son de 1505, el 12 de septiembre el cabildo le concede una licencia al racionero Francisco Álvarez para que en las casas que tiene en la calle de Santa Catalina, «en el corral cabe la librería desde el canto de la casa por la parte de abaxo en entrando a la mano derecha», pudiese hacer una casa sobradada.

Ya construida la Catedral Nueva, en el año 1743, se recoge en el libro del Cabildo: «En esta casa tienen los capellanes una cuarta parte, y la Fábrica otro tanto«. En aquella época, el cabildo era el que pagaba los sueldos a los eclesiásticos y la ‘Fábrica’ era la Catedral, había que sacar dinero para su mantenimiento y construcción.

El siglo XXI

A finales del siglo XIX, un canónigo compró esta casa situada en la actual calle Tentenecio a la Catedral y se la legó a la parroquia de San Sebastián. El 31 de diciembre de 1886, el obispo de Salamanca, Tomás Cámara -Padre Cámara- estableció un arreglo parroquial. Entre las novedades que propuso estaba que la nueva parroquia de la Catedral sería la iglesia de San Sebastián en la plaza de Anaya.

Calle Tentenecio 1936. Núñez Larraz.

Por lo que, la única casa que se conserva en la actualidad, pertenece a la parroquia de San Sebastián. «La parroquia está dispuesta a colaborar en un proyecto general que se pueda hacer ahí», explica el sacerdote de San Sebastián, Antonio Matilla, que bromea diciendo en ese lugar se podría construir un buen chalet.

Bromas al margen, o quizá no tanto, en esta serie de Salamanca: de la Sombra a la Luz, hemos querido rescatar esta casa, que tiene un arco muy interesante, para ponerla en valor o al menos para que nos fijemos cuando bajamos o subimos por Tentenecio.

Documentación:
* Los libros de actas capitulares de la Catedral de Salamanca I (1298-1489) y II (1489-1506). Publicaciones del Archivo Catedral de Salamanca.
* Urbanismo de Salamanca en el siglo XIX
Escrito por Enrique García Catalán
* salamancaenelayer.blogspot.com

Agradecimiento:
Ricardo Gómez y Raúl Vicente, técnicos del Archivo de la Catedral

1 comentario en «La casa de los mil inquilinos»

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