Unionistas se convirtió este sábado en nuevo equipo de Segunda B tras eliminar en la final por el ascenso al Socuéllamos de Ciudad Real, en un partido apoteósico que se decidió con dos penaltis a favor de los charros, uno de ellos en el minuto 92, muy discutido por el equipo rival.
En sus cuatro años de vida, el club charro ha pasado de la liga Provincial a la segunda B con solo dos años en Tercera. Una gesta indiscutible de un equipo apenas sin apoyo institucional, que ha sido posible gracias a sus patrocinadores y a una seriedad deportiva que ha dado sus frutos. Con todo, eso se habría sido insuficiente sin el respaldo de una afición que ha suplido cualquier carencia a lo lardo de estos años.
También este sábado, cuando parecía que todo estaba perdido, la hinchada no se rindió y condujo al equipo a la gloria.
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Unionistas se las prometía muy felices cuando Isaac Manjón aprovechó un descuido defensivo de los manchegos para igualar la eliminatoria con un cabezazo desde el área pequeña.
Era el minuto 36 y comenzaba la final de nuevo.
Pero a los cinco minutos Zurdo colocó el balón en la escuadra de la portería de Unionistas en el lanzamiento magistral de una falta y llevó la desolación al escenario.
Ahora Unionistas solo tenía apenas cincuenta minutos por delante y necesitaba dos goles.
Fue un mazazo que acusaron los jugadores, que tardaron más que su afición en reponerse.
Camino del vestuario cuando llegó el descanso, hubo una trifulca entre ambos equipos (sobre todo suplentes y personal del club) que se saldó con la expulsión del portero reserva manchego.
Era un indicio más de la impotencia y el disgusto que invadía a los unionistas.
Tras la reanudación los locales querían, pero no podían. Iban haciéndose más pequeños y su rival saboreaba las mieles del ascenso.
Pero en el minuto 61 los visitantes cometieron el primer penalti que Chuchi convirtió en gol.
Todos miraron entonces al marcador. Quedaba media hora y Unionsitas volvía a la final.
La afición se dio cuenta de eso y le metió otro chute al equipo, que tiraba más de corazón que de otra cosa.
Tuvo dos ocasiones para rematar a su rival pero no las convirtió. El Socuéllamos también dispuso de otras dos claras poco antes del final de las que ahora se estará acordando.
Pero el partido reservaba una sorpresa inesperada. Un balón dividido en el área visitante en tiempo añadido acabó con penalti que Razvan ejecutó a la perfección para pasar a la historia del club como el autor del gol del ascenso.
La locura se adueñó de las gradas mientras la afición visitante entraba en shock y protestaba por el penalti.
Unionista ya es equipo de Segunda B.
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