Salamanca cerró el año 2017 con un total de 333.714 personas residentes en el conjunto de la provincia.
Esto supone un descenso de 2.373 personas respecto al año anterior, según los datos de las Cifras de Población difundidas este lunes por el Instituto Nacional de estadística (Ine).
El año pasado hubo 2.227 residentes en la provincia que se marcharon a otra, unos 400 más de los que retornaron a tierras charras procedentes de otros puntos de España. Madrid, Barcelona y Valladolid son, por este orden, los destinos preferidos de quienes se marchan a otras partes del país.
Por el contrario, volvieron para establecer su residencia en la provincia 1.301 procedentes del extranjero (de ellos solo 187 españoles que regresaron), frente a los 634 que se marcharon fuera de España.
Vinieron 1.301 personas procedentes de otros países, pero se marcharon 634 que residían en la provincia, lo que deja un saldo migratorio positivo de 667 personas por el aumento de extranjeros que han decidido instalarse en la provincia (1.114 en 2018 frente a los 698 del ejercicio anterior).
El motivo fundamental del descenso de la población reside en que hay más muertes que nacimientos.
De este modo Salamanca acumula ya diez años consecutivos perdiendo población, concretamente 17.304 personas desde que el 1 de enero de 2009 se registraron 351.018 residentes en la provincia.