Los delitos cibernéticos se han multiplicado por tres en Castilla y León en los últimos seis años. Si en 2011 fueron 1.863 las infracciones penales detectadas por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la Comunidad, el pasado año esta cifra se elevó hasta las 5.913, de las que más de un tercio (2.089) corresponden a estafas cometidas a través de tarjetas bancarias.
En Salamanca se han multiplicado pro siete al pasar de 183 en 2011 a los 1.246 del año pasado, lo que convierte a la provincia en la segunda de la región donde más incidencia tienen esos delitos.
Detrás de este tipo de estafas, los delitos más habituales que se cometen a través de internet son las amenazas (606) y las coacciones (104) y contra el honor -injurias (80) y calumnias (17)-. No obstante, y según los datos recogidos por el Ministerio del Interior y a los que ha tenido acceso la Agencia Ical, en el conjunto de este tipo de delitos no se aprecia una variación importante en los últimos años.
Por el contrario, otros delitos que también ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años han sido los ataques informáticos, que han pasado de 6 a 74, las estafas bancarias, que crecieron de 89 a 299 o la usurpación del estado civil, de 42 a 245. En este caso, el delincuente suele crear un perfil falso en las redes sociales para hacerse pasar por otra persona que conoce bien.
Ademas, los casos de pornografía infantil también se han disparado, pasando de los 22 casos del pasado año a los 14 del año 2011, así como el delito de contacto con menores de 16 años con fines sexuales. También crecieron de forma considerable las infracciones relacionadas con la revelación de secretos. En estos casos, es frecuente que el delincuente utilice una imagen o un vídeo de carácter íntimo que una persona le ha remitido de forma voluntaria para difundirlo sin su autorización con el consiguiente perjuicio de su intimidad.
Otra práctica delictiva que se está incrementado es la llamado ‘sextorsión’, donde el delincuente suele crear un perfil falso en las redes sociales en el que aparenta ser una mujer atractiva interactuando a continuación con las víctimas potenciales. Se empieza entablando una conversación normal para ganarse su confianza y conseguir la mayor cantidad de datos posibles de la víctima como la ciudad en que vive, teléfono, etc. Posteriormente se intercambiar fotos que van subiendo de tono hasta llegar a imágenes de alto contenido sexual, llegando incluso a mantener ‘cibersexo’ voluntario, momento en que el delincuente corta la comunicación. Después, el ciberdelincuente chantajea a la víctima con hacer público en internet las imágenes sino abona una importante cantidad de dinero.
PIN
Para evitar las estafas con las tarjetas bancarias desde los bancos se realizarán una serie de recomendaciones que pasar por consejos tan sencillos como memorizar el PIN, no dejarlo escrito en la cartera o junto a la tarjeta y evitar que el número secreto coincida con algún número directamente relacionado como puede ser la matrícula del coche, la fecha de nacimiento o el DNI.
Además, también se aconseja tapar la tarjeta con la mano cuando se vaya a teclear el PIN al realizar una compra, modificar el número secreto cada cierto tiempo, adaptar el límite de gasto de la tarjeta a las necesidades y no perderla de vista al entregarla cuando se hace una compra. Para evitar ser víctima de una estafa también se recomienda revisar los estados de la cuenta periódicamente, verificando que no haya transacciones sospechosas, y nunca dar el número de tarjeta de crédito o información personal por teléfono a menos que sea el cliente el que inicie la llamada para realizar una transacción. En caso de extravío, sustracción o utilización no autorizada de su tarjeta, hay notificarlo inmediatamente a la entidad bancaria para que la tarjeta sea bloqueada y de esta forma evitar su utilización fraudulenta.
Compra por internet
En el caso de realizar compras por internet y no tener una confianza clara en la empresa, las entidades bancarias recomiendan la utilización de las llamadas tarjetas virtuales, con las que el cliente no tendrá que facilitar el número real de su tarjeta, ya que podrá generar para cada compra un número de tarjeta ficticio, con una cantidad máximo y la fecha de caducidad que desee, con una máximo dos meses
Otra opción es configurar la tarjeta para operar en internet únicamente bajo la modalidad de ‘Comercio Seguro’. Con este sistema, en el momento de comprar y pagar se deberá introducir una clave de seguridad que los bancos envían al teléfono móvil del cliente. De esta forma, sólo el cliente en cuestión podrá utilizar su tarjeta para realizar la compra y el vendedor también tiene la seguridad de que el comprador es el titular legítimo de la tarjeta .