El Ayuntamiento de Salamanca ha inaugurado el nuevo parque situado en las calles Alicante, Mieres y Ponferrada, en el barrio de El Rollo, con una superficie de 1.900 metros cuadrados, que ha supuesto una inversión municipal de más de 130.000 euros. El espacio tiene el sello de la casa, con bancos, muchos bancos, y césped artificial, en este caso justificado de forma proverbial.
Esta parcela, que se encontraba prácticamente sin uso por parte de los vecinos de la zona, ha cambiado de aspecto. Tanto que parece un bosque de bancos por una parte y la otra, un parque moderno, en lo que da de sí ese espacio. Incluido un minicampo de fútbol de césped artificial, que uno no sabe si saltar a jugar de lo apetecible que está o pensar que ha sido una jugada maestra para colocar otro tapete de césped artificial de la empresa que está cubriendo con ese material cualquier hueco que hay en la ciudad o que se crea, como este.
Con todo lo espectacular de la cancha de césped artificial, lo que más llama a atención es la cantidad de bancos que se han colocado en un espacio tan reducido: 31, de los que la mitad están en una esquina del parque y la mayoría, sin sombra, varios porque están bajo el sol y otros porque la mayor parte de los árboles son demasiado jóvenes.
El nuevo espacio cuenta con una zona de juegos infantiles. En concreto, se han colocado dos combis de diversos tamaños, columpios, juegos dinámicos, excavadoras y un juego inclusivo. Además, se ha creado una zona infantil deportiva que simula a un campo de fútbol de césped artificial para los más pequeños.
Asimismo, se ha colocado una nueva fuente ornamental, con un chorro vertical, en la zona de cruce de caminos, y para embellecer la estética de la zona, en el muro de la calle Alicante, se ha pintado un graffiti decorativo con motivos relacionados con la naturaleza.
1 comentario en «Nuevo parque en la zona de El Rollo con el sello de la casa»
Lo del césped artificial es una grotesca y dramática broma negra de este ayuntamiento. Conozco a gente que ni se ha dado cuenta, pero «florece» por todas partes, este simulacro sin nombre. ¿Quién arrancará esta moqueta corrupta?