Alberto Aguilar consiguió dar con el paradero de su hija Patricia, quien llevaba desaparecida un año y medio y que había sido captada por una secta en la selva peruana. Cuando la encontraron, se encontraba al cargo de cinco menores de edad, incluida su propia hija de pocos meses.
Se cree que Patricia Aguilar fue captada a través de internet cuando todavía tenía 16 años. Tras cumplir la mayoría de edad, en enero de 2017, la joven abandonó su casa en Elche para dirigirse a Lima, Perú. A pesar de que ella insistía en que estaba allí de forma voluntaria a través de diversas comunicaciones, su familia nunca lo creyó y no cesó de traerla de vuelta.
En España ya se estaba investigando al supuesto líder de la secta, Félix Steven Manrique, cuando su padre, Alberto Aguilar, reunió el dinero necesario para viajar a Perú el pasado junio. Fue a raíz de esta viaje cuando la Fiscalía de Trata de Personas se decidió a abrir una investigación de Manrique. El gurú, de 34 años, fue finalmente detenido hace dos semanas por la policía peruana.
Fue hallado en una casa de la selva de San Martín de Pangoa, situada a más de diez horas en coche de la capital. Estaba acompañado por dos mujeres con signos de violencia, una de ellas embarazada, y sus hijos menores. A Patricia Aguilar se la localizó a una hora de distancia mientras se encontraba al cuidado de los hijos de las otras dos mujeres y de su propia hija recién nacida.
El detenido se hacía llamar ‘Príncipe Gurdjieff’ y se dedicaba a predicar teorías apocalípticas en la red, así como ofrecer ayuda espiritual, alojamiento, regalos y operaciones estéticas a chicas jóvenes que quisieran irse a vivir con él a cambio de mantener relaciones sexuales.
