Un grupo de arqueólogos de Alejandría, en Egipto, han descubierto el sarcófago más grande jamás encontrado en este lugar. Se trata de un sarcófago de granito negro que data de 2.000 años de antigüedad y que no había sido interceptado por saqueadores de tumbas.
En Egipto es común que, antes de construir cualquier tipo de edificio, se haga un estudio rutinario del suelo por arqueólogos del Ministerio de Antigüedades. Así fue como dieron con este hallazgo, en el marco de las excavaciones previas a la construcción de un edificio en el distrito de Sidi Gaber.
El sarcófago se encontraba a cinco metros de profundidad. Tiene dimensiones similares a las de una nevera, es decir, mide 1,85 metros de alto, 2,65 metros de ancho y 1,65 metros de ancho. Según la capa de mortero visible entre la tapa y cuerpo del ataúd, el sarcófago no había sido jamás abierto. Esto llamó la atención de los investigadores debido a los numerosos saqueadores de tumbas.
Este no ha sido el único objeto hallado. Han descubierto también una cabeza tallada en alabastro del hombre que se encuentra enterrado en el interior de la tumba y que, según han indicado, parecer haber sido desfigurado de forma intencionada. Los expertos creen que el hallazgo pertenece a la época ptolemaica (305 – 30 a.C.), la última dinastía de faraones que gobernó Egipto hasta que llegaron los romanos.