Casi 3 millones de automovilistas (el 10,9% del censo de conductores) reconocen ser altamente agresivos cuando se ponen al volante ejerciendo esa agresividad mediante expresiones verbales (insultos o gritos), expresiones físicas (realizar gestos ofensivos, como “peinetas”, o agresiones) o hacer maniobras, usando el propio vehículo para bloquear o intimidar a otros coches.
105.000 conductores son “violentos viales”: reconocen haber sido los culpables directos de accidentes de tráfico causados por su conducta altamente agresiva al volante, tales como adelantar para intimidar a otros conductores, circular en zigzag o acosar al coche de delante.
La agresividad al volante no es solo una falta de educación: mantener actitudes provocadoras al conducir multiplican por 10 el riesgo de sufrir un accidente con víctimas y por 30 el riesgo de sufrir un siniestro con heridos graves. De hecho, en los últimos 5 años, casi 300.000 conductores muy agresivos reconocen que se vieron implicados en accidentes con víctimas.
El perfil de conductor agresivo accidentado: un hombre joven, de unos 32 años, con pareja, estudios medios y que circula principalmente por ciudad. Estos conductores reaccionan con mucha más agresividad contra las mujeres y los conductores noveles.
Un total de 2,6 millones de conductores se han peleado o lo harían por una riña de tráfico y alrededor de 3,2 millones reconocen haber retado a otro conductor a salir del coche para solventar sus diferencias.
Por comunidades, los murcianos y los riojanos admiten ser los más agresivos conduciendo, mientras que gallegos y extremeños se ven a sí mismos como los más tolerantes. Por su parte, los madrileños (51%) y los catalanes (12%) son vistos por los demás como los más agresivos cuando se ponen al volante.