Los hechos religiosos que muchos devotos no ponen en duda vuelven a ser el centro del debate científico. El último de ellos ha sido la conocida Sábana Santa. Dos médicos forenses italianos han realizado un estudio en el que aseguran que las manchas de sangre de la misma no son compatibles con la posición de una persona crucificada y que podrían ser artificiales.
Matteo Borrini, de la Liverpool John Moores University, y Luigi Garlaschelli, del Comité para el Control de las Afirmaciones sobre las Pseudociencias, han sido los encargados de este estudio, que ha sido publicado en el Journal of Forensic Sciences. Para corroborarlo, los expertos utilizaron un método de recreación de escenas de crímenes en el que usaron sangre real y el propio cuerpo de uno de ellos.
En el experimento, simularon la crucifixión con diferentes cruces y posiciones y concluyeron que las manchas de la cintura y los riñones no corresponden con la posición del cuerpo. “Parecen creadas en forma artificial, con un dedo o un pincel”, han indicado, “hay muchas contradicciones que indican que el Santo Sudario no es auténtico y de que se trata de una representación artística o didáctica de la pasión de Cristo realizada hacia el siglo XIV”.
La Sábana Santa, también denominada Sudario de Turín, es una tela de lino cuyas manchas asemejan al rostro de una persona, por lo que se atribuyó a la tela que se colocó sobre el cuerpo de Jesús durante su sepultura. A lo largo de la historia, su autenticidad se ha puesto en duda en varias ocasiones.
En 1979, el químico Walter McCrone aseguró en un estudio que la imagen de la tela estaba compuesta por partículas de pigmentos y que no se hallaron rastros de sangre. Además, tres laboratorios de Estados Unidos, Suiza e Inglaterra afirmaron en 1988 que el lienzo había sido fabricado años después de la muerte de Jesús, entre 1260 y 1390.
