Las Cameron Díaz y Kate Winslet de Salamanca

Decenas de salmantinos se apuntan al intercambio de casas
Cameron Díaz, Jude Law y Kate Winslet, protagonistas de la película 'The Holiday'

 

[dropcap]C[/dropcap]uando en los cines se estrenó la comedia romántica ‘The holiday’, protagonizada por unas desesperadas Cameron Díaz y Kate Winslet en busca de algo que faltaba en sus vidas, en el año 2006, poco sabíamos acerca del intercambio de casas. Se sabía que existía, pero era una práctica vacacional muy lejana para la realidad de la vida en España. Casi una utopía.

Hoy, momento en el que convivimos con plataformas como AirBnb y Couchsurfing con toda naturalidad, el intercambio de casas como alternativa sostenible a los hoteles está más presente que nunca. Sin embargo, aún continúa siendo un gran desconocido.

El intercambio de casas, que se realiza a través de diversas plataformas colaborativas como HomeForHome, GuestToGuest o Love Home Swap, es una opción accesible y asequible en la que puedes viajar a cualquier rincón del planeta y alojarte en la casa de un hospitalario desconocido a cambio de ofrecer la tuya. Si ya todos confiamos en Couchsurfing, esta opción no es menos segura.

Decenas de salmantinos ya se han sumado a la moda y ofrecen actualmente sus viviendas en diferentes webs. Tan solo en el portal HomeForHome se pueden encontrar 65 casas. Desde pequeños apartamentos a las afueras hasta grandes chalets en pueblos de la provincia o impresionantes pisos en el centro de la ciudad.

La misma variedad de opciones se encuentran en otros lugares. En la misma plataforma podemos encontrar una casa con piscina en la Provenza francesa, una pequeña villa en la costa de Florida o un ático en pleno Barcelona.

No existe una sola norma de funcionamiento. Cada portal o plataforma tiene su propio sistema y sus reglas. En principio, la base es sencilla: intercambiar una vivienda con propietarios de otro lugar del mundo, durante el tiempo que acuerden ambos viajeros y en cualquier momento del año. La norma más general y común es dejar todo como lo has encontrado.

La tuya es perfecta

A partir de ahí, comienzan los matices. Por ejemplo, si tienes una segunda vivienda, puedes intercambiar esa. De hecho, puedes intercambiar todas las que tengas a tu disposición, incluso si eres un inquilino y no un propietario.

Y no tiene por qué ser simultáneo. En principio, esa era la esencia de la iniciativa y una especie de garantía. Se entendía que la otra persona iba a cuidar tu casa porque tú estabas en la suya y querría el mismo trato. Hoy en día, las familias pueden intercambiar casa en momentos distintos. Puede que ambos propietarios estén interesados pero no tengan la misma disponibilidad de tiempo.

En la mayoría de los casos, también entra el coche en el lote, especialmente si el lugar requiere desplazamientos. Por ejemplo, cualquier lugar de Estados Unidos donde no se hace vida a pie o una de las islas españolas. Del mismo modo, se indica también si las mascotas son bienvenidas.

Es común en los usuarios pensar que si tienen un piso humilde en una zona no turística no van a recibir solicitudes de intercambio, mucho menos de propietarios con grandes viviendas de lujo. Pero el mundo del intercambio de casas es muy sorprendente, ya que siempre hay alguien de algún rincón del mundo interesado en conocer un lugar nuevo o escapar y relajarse.

La desconfianza

Cierto es que no hay muchas probabilidades de encontrarse con Jude Law de vecino, como en ‘The holiday’, pero se trata de una opción que permite un elevado ahorro en el ocio vacacional sin tener que renunciar a viajar o a ir a lugares exóticos. Tan solo es necesario pagar el desplazamiento y el mantenimiento en el lugar (comida, actividades…).

No obstante, muchas personas aún desconfían de esta opción. Por esta razón, muchas plataformas tienen contratos y seguros a disposición de los usuarios, para su tranquilidad. Algunos portales ofrecen un sistema de “puntos” que se otorgan a los usuarios según su comportamiento. Cada vivienda tiene libertad para pedir los puntos que desee como condición de que un visitante acceda a la misma.

Esto no solo da más confianza a los propietarios sino que permite que los usuarios no necesiten prestar siempre su casa para irse a otra, ya que el alojamiento se “paga” con los puntos acumulados.

Gracias a este tipo de alternativas, cada día es más asequible viajar sin tener que renunciar al confort. Afortunadamente, Salamanca es un destino turístico que cada año atrae a miles de visitantes, por lo que una vivienda en cualquier parte de la provincia es fácil que reciba solicitudes interesantes y se convierta en una gran oportunidad para conocer mundo.

Por: Paula Castro Morán

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