El mal tiempo ha sido uno de los factores que ha influido a la hora de limitar el consumo
El comercio es un sector muy sensible a los factores externos. Cada pequeño cambio le afecta, para bien o para mal. Es por ello que, pese a que los datos macroeconómicos indican objetivamente que se está produciendo un crecimiento económico a nivel nacional, eso no se ha traducido en las ventas que se podrían esperar en la campaña de rebajas de este año. Los comerciantes lo atribuyen al retraso de la llegada del buen tiempo.
El inicio de la temporada de rebajas de este año ha sido muy similar al que se produjo en el pasado 2017, según afirman desde AESCO, la Asociación de Empresarios Salmantinos del Comercio. Ligeramente superior, eso sí, pero matizan que la diferencia no es muy notable. Concretamente ha crecido, como mucho, el 1,5 con respecto al año anterior (es demasiado pronto para datos cuantitativos).
En este momento del año, pasadas tres semanas de ese inicio, los comerciantes ya se estaban enfocando a la recta final de las rebajas. Este año, por el contrario, aún queda mucho stock y las rebajas están en plena vigencia. Esto quiere decir que se alargarán más los descuentos en el tiempo de lo que tradicionalmente se hacía.
Estos datos no eran de esperar, ya que la capacidad de compra de las familias españolas es superior a la de años anteriores. Según los datos, hay más empleo y salarios más altos. A lo que se suma un aumento de la confianza del consumidor. Con esta situación, se preveía que los usuarios gastasen más en las rebajas que anteriormente.
Desde AESCO señalan dos posibles razones. Por un lado, que la recuperación económica de las familias no sea tan amplia como aparece en los datos macroeconómicos y que ese crecimiento no se traduzca en un mayor poder adquisitivo real. Por otro lado, que el mal tiempo haya desanimado a los compradores a adquirir artículos de la temporada de primavera-verano, que es lo que más se vende en estas rebajas.
Todo influye a la hora de comprar
La climatología, la inestabilidad política, la economía… Son diversos los factores que influyen en el sector del comercio y que hacen, a veces sin que se prevea, que desciendan o aumenten las compras.
Cabe mencionar que la época de rebajas está liberalizada desde hace unos años. Esto quiere decir que cada establecimiento es libre de vender con descuentos cuando lo decida. Eso también influirá a la hora de alargar la temporada de rebajas en verano, puesto que ya no existe un plazo que los comercios deban respetar por ley.
Evidentemente, esto también ha afectado. Los usuarios entienden que, tradicionalmente, las rebajas (conocidas como tal) se llevan a cabo en determinadas épocas del año. Esto tenía sentido porque los comerciantes necesitaban deshacerse de stock para almacenar productos de nueva temporada. Entonces, liquidaban los productos a menor coste porque tenían difícil salida. Se perdían un cierto margen comercial, pero se aumentaba la liquidez.
Sin embargo, todo cambió con la liberalización. Pese a que se tiene ese concepto por tradición (y aún se sigue manteniendo de forma mayoritaria), los usuarios ya no sienten esa excitación por la llegada del inicio de las rebajas. Saben que pueden encontrar productos rebajados en cualquier época del año. Por ejemplo, ahora está muy de moda celebrar las “mid season sales” o rebajas de mitad de temporada, que pueden tener descuentos de hasta el 50% en artículos nuevos.
De hecho, muchos establecimientos tienen su propio día de rebajas. Tal es el caso del Amazon PrimeDay para la compañía multinacional, cuyas ventas han llegado a superar lo que ingresan con el famoso Black Friday.
Y, hablando de Black Friday, ¿cuál es la previsión de los comerciantes con respecto a esta clase de futuros eventos comerciales? Según indican desde la Asociación, se debería pensar que las ventas van en aumento. No obstante, teniendo en cuenta lo poco que han aumentado este verano, ya no están tan seguros y todo está en el aire.