Renfe ha suspendido este viernes seis enlaces ferroviarios con Salamanca debido a los paros parciales de dos horas por turno convocados por la sección sindical de Salamanca del SFF-CGT, de 00.00 a 2.00 horas, de 7.00 a 9.00 horas y de 16.00 a 18.00 horas.
El operador ferroviario ha cancelado cuatro salidas desde la estación de Salamanca. Tres de ellas con destino a Madrid: los Alvia de las 6.50 y las 15.30 horas y el media distancia de las 7.32. A ellas se suma el media distancia hacia Valladolid de las 14 horas.
También ha suprimido dos enlaces con destino a Salamanca. El media distancia que tenía prevista su salida de Madrid a las 7.30 horas y el regional express de las 7.35 desde Valladolid.
Bajo el lema “No a la destrucción del ferrocarril público”, los ferroviarios han decidido realizar esta huelga para que se tomen en serio sus reivindicaciones, las cuales, según han manifestado, “no encuentran respuesta” ni por parte de las empresas ni del Ministerio de Fomento. En concreto, las relativas a la entrada en vigor del cuarto paquete ferroviario, la falta de personal, la externalización de servicios y la privatización.
En 2020, entrará en vigor el cuarto paquete ferroviario, es decir, la entrada de operadores privados para transporte de viajeros en el territorio nacional. Ubaldo Hernández, de CGT, señala que mientras Francia y Alemania han seguido potenciando sus servicios, España hizo una total división de su infraestructura (Renfe y Adif).
La situación ferroviaria en España es “mala” de cara a esta entrada de nuevos operadores y piden que se potencie su papel. Desde estos países ya están pidiendo hacer ciertos corredores y creen que “cogerán la parte buena del pastel”, dejando lo menos rentable para las empresas públicas españolas.
A esto se le suma la disminución de la plantilla, que se encuentra “por debajo del límite”. Según han explicado, en Salamanca ha descendido el 15% de la plantilla en los últimos tres años, pasando de 260 trabajadores a los actuales 220.
La externalización de servicios y la privatización también son cuestiones que están afectando. Al suprimir diversos servicios, lo que se está consiguiendo es derivar a los viajeros “a la carretera” en lugar de utilizar el tren. Además, el Estado prefiere invertir en la alta velocidad (AVE) que en el transporte ferroviario convencional, pese a que es la opción del 95% de los viajeros que optan por el tren.