Los hábitos de consumo han cambiado y eso se nota en todas las actividades de nuestra vida diaria. Cuando queremos ver una película, accedemos a una plataforma digital para verla en streaming; cuando queremos hacer un trámite bancario, no vamos a una oficina de la entidad sino que usamos su app desde un dispositivo móvil; o cuando queremos aprender a elaborar una nueva comida, no recurrimos a un recetario sino a un tutorial de YouTube.
Lo mismo sucede con el comercio. Las nuevas plataformas de e-commerce hacen que comprar sea más sencillo que nunca, ya que ni siquiera tenemos que levantarnos del sofá para adquirir lo que necesitamos. Sin embargo, este cambio no es siempre positivo, ya que los pequeños comercios de Salamanca se ven afectados por esta situación.
Soledad Gómez, presidenta de Asecov, señala que esto ha llevado al sector a vivir “un momento trascendental” en el que “se está revisando el modelo actual de comercio, asentado sobre el equilibrio entre los distintos formatos comerciales”. La implantación de nuevas tecnologías y la globalización está afectando a un sector “que cuenta con menos recursos para hacer frente a esta nueva situación y a un contexto de crisis económica en el que ha afectado mucho al nivel de consumo”.
Además, Gómez añade que en la provincia, “el comercio rural ve cómo la despoblación y esta nueva forma de comercio les lleva a cerrar sus establecimientos, que en algunos casos son de abastecimiento básico”.
Por otro lado, el presidente de Aesco, Benjamín Crespo, es más positivo. Como ha señalado, muchos de los establecimientos comerciales de Salamanca dieron ya el salto al comercio electrónico y sus ventas son casi del 50%. No obstante, Amazon y otras plataformas similares suponen una gran competencia y eso se nota en las ventas.
La presidenta de Asecov afirma que “el comercio local y de proximidad cuenta con la ventaja de su flexibilidad y capacidad de cambio”, por lo que su estrategia para hacer frente a esta problemática es buscar “estrategias comerciales que potencien sus virtudes, como la cercanía, la atención al cliente, el servicio y la experiencia”.
Eso sí, la caída en las ventas es algo que no se puede obviar y proviene de una competencia que es “poco equilibrada”, tanto en precios como en condiciones. “Los gastos fijos que deben soportar, las cargas fiscales en algunos casos y la reducción de márgenes de beneficio para adaptarse a los precios del online, hacen que en muchos casos no sean competitivos”, indica la presidenta.
Los comercios de proximidad luchan con “formación, evolución, dinamismo”, como señala Benjamín Crespo, para adaptarse a su nueva realidad. Poco a poco, se va incrementando la presencia online de los pequeños comercios locales, aunque aún la situación es ciertamente “desequilibrada” y la adaptación es “lenta” porque “lo tienen más difícil”.
“Cada comercio está en un punto diferente de la actualización tecnológica”, coincide Soledad Gómez. “Hay comercios muy avanzados en cuestión de integración del online en sus negocios. Algunos ya están trabajando con estrategias de marketing integrales, con webs para la promoción de sus productos e incluso apps propias para facilitar la venta online”, añade.
Sin embargo, “a otros les está costando más adaptarse”, ya sea por razones económicas, de formación o por las propias características de su negocio.
Por ello, afirma que “es vital que las asociaciones, las administraciones y que los propios ciudadanos sean conscientes de la necesidad de cuidar este sector, que da vida e identidad a nuestra ciudad y provincia y que genera empleo y, por tanto, ayuda a mantenerlas”.
Desde la asociación Asecov llevan varias iniciativas a cabo para paliar esta situación. Una de ellas es la puesta en marcha del proyecto Salamanca Empresarial, una web que reúne información sobre las pymes salmantinas para que todas ellas tengan su propio espacio en la red y difusión en redes sociales. Gómez destaca que “la fuerza en este caso la da la unión de todos en una única herramienta lo que favorece su difusión y posicionamiento”.
Texto: Paula Castro Morán