La provincia de Salamanca está llena de tesoros naturales y patrimoniales. Lejos del ruido de la ciudad, hay centenares de lugares idílicos que se convierten en el escenario perfecto para disfrutar de una pequeña escapada. Las zonas de Las Arribes, la Sierra de Francia o la Sierra de Béjar son solo algunos de los ejemplos.
Hinojosa del Duero
Hinojosa es uno de los municipios más conocidos de la provincia gracias a sus fiestas, tradiciones, monumentos y paraje natural. Cerca de este pueblo podemos encontrar una de las impresionantes cascadas que discurren por Las Arribes. Bien es sabido que el Pozo de los Humos es un salto de agua muy famoso en el territorio, pero no muchas personas conocen este otro: el Cachón del Camaces.
Desde Hinojosa salen diferentes paseos y rutas de senderismo y una de ellas lleva a este maravilloso lugar. La cascada se puede observar desde un mirador y se convierte en el lugar ideal para sacar espectaculares fotografías cuando hay un gran nivel de agua.
Caminos de Arte en la Naturaleza
Cualquier localidad por la que pase uno de estos caminos es un buen lugar al que escaparse. Discurren mayoritariamente a través de la Sierra de Francia y suponen una alternativa cultural entretenida a las rutas de senderismo convencionales. Mientras caminas recorriendo sus senderos en plena naturaleza, puedes admirar diferentes esculturas y piezas artísticas que se mezclan con el entorno.
Estas rutas, promovidas por la Diputación de Salamanca, pueden ser perfectamente recorridas por personas de todas las edades, ya que no suponen un alto nivel de dificultad. Hay cuatro: el Camino del Agua (Mogarraz y Monforte de la Sierra), el Bosque de los Espejos (Sequeros, Las Casas del Conde y San Martín del Castañar), el Camino de las Raíces (La Alberca) y el Camino de los Prodigios (Miranda del Castañar y Villanueva del Conde).
Candelario
En la Sierra de Béjar nos encontramos con este encantador pueblo, perfecto para aquellos que busquen una escapada eminentemente rural. Cada calle, cada casa, y toda la historia que atesoran son dignos de admirar. Gracias a su gran tradición chacinera, resulta muy entretenido hacer una visita al Museo de la Casa Chacinera, donde se puede disfrutar de una visita teatralizada.
Su legado monumental y su rico entorno natural le han valido para ser catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España. Paseando entre sus calles se pueden ir observando algunos de los característicos atributos del municipio, como las batipuertas, piezas de madera que evitaban la entrada de ganado, o las regaderas, pequeños canales de agua que transcurren en la orilla de sus aceras.
Aldeadávila de la Ribera
Este municipio ubicado en Las Arribes es también uno de los más importantes de la zona. Ofrece muy diferentes tipos de actividades turísticas, por lo que es imposible aburrirse y supone una buena opción para hacer una escapada. Una de las visitas más conocidas dentro de la localidad es la presa hidráulica de Iberdrola, que proporciona unas impresionantes vistas del río para quienes se acercan a conocerla.
Además, Aldeadávila cuenta con una preciosa playa fluvial, la Playa del Rostro, y con una de las atracciones más entretenidas que se pueden realizar en la zona: uno de los cruceros de Las Arribes. No solo es una gran oportunidad para conocer el entorno natural surcando las aguas del Duero, sino que es un recorrido muy pedagógico en el que se pueden avistar las aves autóctonas y aprender muchos sobre sus características.
San Martín del Castañar
En este vistoso pueblo de la Sierra se encuentra uno de los pocos castillos visitables de la provincia, el Castillo de la Biosfera. Perteneció al obispo de Salamanca y aún se conservan su estructura y sus dependencias, donde se ha abierto un centro de interpretación. Pero no son los únicos restos históricos, ya que el municipio cuenta con huellas del paso de los romanos y unos yacimientos visigodos.
Además, entre sus calles se puede encontrar una sorprendente plaza de toros. Está considerada la segunda plaza de toros más antigua de España, por detrás de la ubicada en El Castañar (Béjar), y su historia data de antes del siglo XVII. No es necesario que te gusten los toros para poder admirar esta curiosa e histórica edificación, ya que nada tiene que ver con las plazas que se encuentran en otras localidades de España.