Carbajosa inauguró este martes sus fiestas en honor de San Roque con un pregón que fue una lección magistral sobre la historia reciente del pueblo, la más interesante desde su nacimiento, a cargo de Leopoldo Reguero, secretario del municipio que cumple 31 años en el puesto y en este tiempo ha visto cómo Carbajosa ha pasado de ser una aldea a ser el pueblo con más niños de la provincia.
Su elección como pregonero ha sido un detalle de la Corporación porque está a punto de jubilarse y qué mejor forma que poder despedirse de sus vecinos anunciando las fiestas. Y él correspondió con un interesante relato.
Recordó que hace treinta años “Carbajosa era por entonces el pequeño pueblo que se ve en la fotografía aérea que hay en mi despacho: no más de 80 casas habitadas, otra buena parte en ruinas, algunas vacas y cerdos para la matanza, un arroyo seco desde el cambio climático, una vía de tren agonizante con su señal en aspa en el Camino de la Pinilla, “ojo al tren, paso sin guarda”, una escuela unitaria con una docena de niños, un frontón minusválido y un campo de fútbol a tiempo parcial”.
“Iban pasando los años y el pueblo crecía rápidamente. Mil viviendas llegamos a tener en construcción a la vez algunos años, y los polígonos industriales y las zonas comerciales. Pasamos en población a docenas de municipios de Salamanca en muy poco tiempo. Se sucedían rápidamente los premios que se daban cada mil habitantes, hasta llegar a los 7.000 hace un año. Vinieron oleadas de cigüeñas con cien niños por año. Que ahora han crecido y se han transformado en 1.510 jóvenes de 12 a 30 años, y 1.274 niños menores de 12 años. Nadie tiene tantos. No ha sido fácil pasar de aquella aldea a lo que tenemos hoy”, explicó.
Un lujo para iniciar las fiestas del municipio, que este martes tuvo todo el día un parque acuático a disposición de los pequeños y una sesión del juego de moda, escape room.
A las ocho de la tarde se inauguró la feria de día y de noche y luego el foco de atención se trasladó a la plaza.
Se repartieron las pañoletas, se pronunció el pregón y se lanzó el chupinazo. Luego las peñas desfilaron hacia el recinto ferial. La electrocharanga Lokomotores amenizó estos momentos de forma sorprendente. Vaya descubrimiento.
Posteriormente hubo una actuación de folclore y por la noche, una fiesta de verano de siete horas non stop.