Los peñarandinos se divirtieron este viernes de lo lindo en el Gran Prix Rodeo Bravo incluido en el programa de fiestas de la localidad.
Los mozos en representación de sus respectivas peñas compitieron entre sí y contra las vaquillas que les soltaron para complicar aún más sus objetivos.
Un obstáculo adicional y emocionante que sobresalía sobre los demás que tuvieron que afrontar, seguidos con regocijo desde las gradas.
La jornada comenzó, no obstante, con una alborada tras la noche de la orquesta Panorama.
Luego hubo cabezudos y encierro infantil, cuentacuentos y pasacalles por las calles y plazas de la ciudad.
Por la tarde, trofeo de ferias y fiestas de tiro al plato y luego el gran prix en la plaza de toros.
El espectáculo pirotécnico y musical Ragnarok y la verbena con la orquesta Anaconda pusieron el colofón a la jornada.