[dropcap]F[/dropcap]orma 88 celebra su 30 aniversario, junto a Francisco (Paco) Miguel, administrador de la empresa, repasamos la historia de esta empresa familiar durante estas tres décadas y si ha cambiado la manera de entender el arte y la enmarcación en estos años en Salamanca
Abrieron allá por 1988. Salamanca, al igual que nuestro país, estaba viviendo la ‘Movida’ y con ello, un resurgir de las obras de arte, en especial la pintura. En esa época había una demanda importante de pintura y de obras de arte. «Fue un momento muy bueno. Instituciones, galerías de arte,… buscaba enmarcar lo mejor posible. Además, en aquel final de la década de los ochenta se vivió un boom inmobiliario», recuerda Paco Miguel, administrador de Forma 88.
Ese final de los ochenta y principios de los noventa, el público necesitaba elementos para decorar y tenían que ser «con marcos buenos, que lucieran mucho en la casa. Esa generación, que ahora tiene 55 o 65 años, no le importaba gastar dinero para que la obra que enmarcaba quedara espectacular montada en el salón, en el dormitorio o la entrada de su casa», recuerda Paco Miguel.
Salamanca vivió con especial intensidad este movimiento cultural y artístico. «Había galerías de arte, que hoy han desaparecido, con las que trabajábamos que hacía muchas exposiciones y enmarcaba las obras de los artistas. En Salamanca se compraba mucho arte en ese momento«, puntualiza.
La evolución
Durante estos años, al igual que la sociedad, Forma 88 se ha tenido que ir adaptando. «Después de esas dos décadas, el mundo del arte da un giro de 180º. A principio del milenio, comienza a primar más el arte minimalista, conceptual y esos movimientos han tenido una influencia muy grande. Esa nueva moda de entender el arte, afectó a negocios como el nuestro, el de la enmarcación», matiza Paco Miguel.
El concepto de arte cambió y Forma 88 se adaptaron a los tiempos, porque desde que abrieron hace tres décadas han tenido siempre la misma filosofía: Estar a la vanguardia y utilizar los mejores materiales que existen en el mercado.
Miguel explica que el negocio tuvo una época muy buena. Las empresas ofrecían las nuevas maquinarias que aparecían en el mercado, «con el crecimiento en el trabajo, veías que necesitabas maquinaria que te ayudara a resolver ese trabajo que iba creciendo. Siempre hemos estado muy atentos a lo último que había en el mercado, a maquinarias, a materiales, a nuevas formas de hacer el trabajo lo más perfecto posible. Y, en ese sentido, nos ha ayudado mucho a seguir creciendo en estos 30 años«.
En la actualidad, la decoración es mucho más minimalistas, «para decorar, vale con una imagen. Creo que lo que busca el público de hoy es la imagen y la imagen se puede montar sobre un cartón pluma, un dibond,… sobre materiales muy sencillos y ligeros. Cuando ponen marcos, que también lo ponen, los que más demandan son los finos, estrechitos,… el público lo que quiere es que sobresalga la obra, piensan que con un elemento sencillo, están potenciando mucho más esa imagen».
¿Es de la misma opinión?
Cada obra tiene su marco y su manera de potenciarla. Es verdad que hay imágenes y obras que lo que piden es una cosa sencilla, pero cuando un cuadro, una imagen te pide algo más, hay que dárselo, porque la obra gana y el cliente se da cuenta cuando lo ve montado.
¿Nos dejamos aconsejar?
Nosotros tratamos de aconsejar a los clientes de lo que le puede ir mejor a cada obra. Voy a poner un ejemplo. Los museos están llenísimos de obras que lucen unos marcos excelentes, cuando ves esos cuadros cómo está montado, la obra gana. Las personas se sorprenden muchas veces, nos traen solo la obra y le indicamos cómo lo vamos a enmarcar para que quede fenomenal. Muchas veces cuesta verlo, pero cuando se animan y siguen el consejo, al comprobar el resultado, se sorprenden de lo bien que ha quedado.
Te encanta cuando después de un tiempo, vuelven a enmarcar otra obra y te dicen: ¡Madre mía! aquel cuadro que traje, cómo me sigue gustando. Eso es una gran satisfacción, porque te ayuda a ver si acertaste en el montaje.
Paco, la madera sigue siendo la base en un marco.
Sí.
Háblenos de los materiales
Quizá uno de los que más hemos utilizado ha sido el cartón pluma. En marco, seguimos apostando por la madera. En cuanto a las molduras no hay demasiados cambios. Nosotros siempre nos vamos a la moldura que tiene una cierta calidad. También una económica, pero con calidad.
El otro material es el aluminio, que ha tenido sus etapas, cuando empezamos se llevaba muchísimo, luego flojó, y ahora ha vuelto.
Durante estos años, los cristales sí que ha habido una revolución, porque se ha investigado bastante. Son cristales de protección, que no brillen, son muy nítidos y a la vez protegen de la luz, porque es verdad que si una obra tiene valor y pones un cristal malo, con el paso del tiempo se decolora, va perdiendo intensidad. Cuando una obra tiene un poco de valor, conviene poner un cristal que lo proteja.
Además del cristal, ¿qué es imprescindible para conservar una obra?
Buenos materiales. Me explico: Es importantísimo utilizar un buen paspartú, que es el elemento de cartón que suele ir alrededor de una obra, separa el marco de la obra, los hay muy baratos que tienen muchos ácidos y con el paso del tiempo amarillean y el ácido se pasa a la obra. En Forma 88 lo tenemos muy claros, tienen que ser paspartú que no deterioren en ningún momento la obra.
El cartón pluma, que es un material muy ligero, libre de ácidos, que cierra el cuadro por detrás.
Y por último, el marco de madera que ya viene tratada de fábrica. Cuando las recibimos están preparadas para durar mucho tiempo. Lo que sí ha cambiado, para bien, son los elementos que decoraban la madera. Antes eran figuras de escayola labradas, cuando recibían un golpe en seguida aparecía el blanco. Hoy día eso ha cambiado, son de resinas muy duras, que aguantan el paso del tiempo, el golpe y las mudanzas.
¿Seguimos apostando por las ‘obras de arte’ personales?
Sí, además te las traen con mucho cariño, porque para ellos supone muy imporante.
Por curiosidad. ¿Qué es lo más raro que ha enmarcardo en estos 30 años?
Cosas rarísimas, desde una esquela a chupetes que un bebé ha utilizado en esos dos años; una escopeta, que se monta en una vitrina, para tenerla colgada. Muchas camisetas de deportistas. Rocas, mariposas,…
¿Por dónde va a ir el mundo del arte?
Es complicadísimo por donde va a ir el mundo creativo. Es muy difícil intuirlo. Lo qué sí vimos hace unos años es que el público comenzaba a demandar la imagen, más que el cuadro y la obra de arte. Por ello, decidimos incorporar un plotter para poder generar ese tipo de imagen, o bien a través de láminas o fotografías.
Es verdad que el tema de la fotografía ha cogido muchísima fuerza, antes tenías que tener una buena cámara. Ahora, se hace fotografías con el móvil, muchas de esas personas quieren imprimirlas, nosotros incorporamos este plotter y fue un gran acierto.
¿Cuánto gana una fotografía si está bien impresa?
Muchísimo. Por ello, cuando decimos incorporar un plotter, tenía que ser de mucha calidad. Cuando el cliente quiere imprime una fotografía que tiene calidad, resolución y capacidad. Busca un buen plotter, con tintas buenas, para que perduran en el tiempo y que el papel sea bueno. Nosotros apostamos muy fuerte por ello.
Esto se ve muy bien en la fotografía en blanco y negro, que sea en blanco y negro, no virado a morado, violetas,… Nosotros lo que estamos viendo es que las personas que buscan calidad, tanto para exponerlo, como para tenerlo en casa, quieren que esté bien hecho. Por ello, nos buscan y se va corriendo la voz. No imprimimos fotos en serie. Lo que buscamos es que la impresión de esas fotografías tenga la máxima calidad. Igual que nos gusta que las enmarcaciones estén bien, las fotos deben estar bien impresas y que duren en el tiempo.
¿Qué papel fotográfico recomienda?
El papel es muy importante. Hemos apostado por los fotográficos de calidad y una marca Hahnemühle, que son 100% algodón de muchísima calidad. Gracias a las redes y a que se ha corrido la voz de que empleamos este papel y esta impresión, nos buscan personas que viven en Madrid, Valladolid, Zamora, Ávila, que vienen para que le hagamos aquí el trabajo.
Una de las cosas buenas que ha tenido la revolución tecnología es que puedes estar aquí y trabajar con el mundo entero. Te manda el archivo, lo imprimes y se lo envías.