El presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado, anunció este domingo en Ávila que la concordia será una de las palabras clave sobre las cuales se asentará el nuevo curso político, y por ello presentará en las Cortes una Proposición de Ley de Concordia, que «dignifique la transición constitucional y que derogue de facto la sectaria reescritura de la historia, que arroja alarmas de rencor sobre la sociedad española».
ICAL. «No vamos a consentir que se muerda el anzuelo de qué pasado hay que desenterrar», sentenció antes de elogiar una vez más la transición política española, sobre la que dijo que era «el momento en que tres generaciones de españoles derrotaron definitivamente un enfrentamiento civil (Guerra Civil) y a quienes los seguían alimentando». «La concordia es el mejor homenaje que podemos hacer a nuestro presidente fundacional de la transición y el mejor tributo que podemos brindar para el mejor futuro de nuestros hijos», aseguró en alusión a Adolfo Suárez.
En ese sentido, anunció la creación de una nueva Fundación del PP ‘Concordia y Libertad’ que será presidida por Adolfo Suárez Illana, de quien dijo que es un abogado brillante que ha llevado la marca de España a decena de países con uno de los bufetes más prestigiosos y un «compatriota comprometido con el futuro de España y depositario del mejor legado de libertad y concordia que diseñó y culminó su padre, el presidente Adolfo Suárez».
Arranca en Ávila
El presidente ‘popular’ quiso arrancar en Ávila el curso político. En su intervención, Casado recordó que este nuevo curso político será sumamente importante por la trascendencia de los acontecimientos que se avecinan: las elecciones municipales y autonómicas, quizás las europeas y las andaluzas y catalanas, pero también las nacionales.
Defendió que el sistema político español no está en crisis en este momento. «Lo que pensamos es que tiene un problema con su izquierda política», señaló casado, quien añadió que se encuentra a la «deriva» y siempre «préstandose a quienes quieren romperla: Una vez más los independentistas y los herederos de Herri Batasuna y de ETA». Por eso calificó como «muy grave que el socialismo haya aceptado que su camino hacia el gobierno no pasar por las urnas». Y destacó que la triste realidad del socialismo español es el «haber entregado el gobierno a un frente popular nacionalista y populista» que adoptarán una serie de medidas que «costarán empleo, dañarán a las familias, a los inversores, a nuestro tejido productivo» y todo ello, como denunció, «para no conseguir nada», salvo que probablemente que algunos «puedan privatizar más gasto público en beneficio de sus amigos» o que «puedan colocar a algunos amigos más a costa del trabajo de todos».
Por otra parte, defendió la Constitución como «el gran acuerdo entre la izquierda y la derecha con los regionalismos». Añadió que «el secesionismo necesita borrar la contribución de la izquierda y de los regionalismos catalanes al proceso constituyente. Necesita que se olvide su presencia decisiva para que la Constitución parezca una imposición de una derechona grotesca sobre todos los demás». Recordo que dos de los siete ponentes son catalanes y que la carta magna se aprobó en las cuatro provincias catalanas de una forma masiva, «con más participación y voto afirmativo que en la media de España». Defendió que la transición fue un proceso transparente en contra de los que opinan que fue un «amaño oscuro de despachos».
Recordó también que este año se cumple el 40 aniversario de la Constitución y como tal ha convocado una convención nacional del partido, los días 1 y 2 de diciembre, que estará coordinada por Alberto Núñez Feijó. Esta convención coincidirá unos días antes de los grandes actos de celebración del 40 aniversario. En esta convención se abordará la posición política ante los nuevos retos del futuro de España. Entre otros temas dijo que se hablará de «la competitividad económica, que crea empleo y que conjuga el libre comercio frente al aislacionismo que vemos con preocupación en algunos países del mundo. Y por su puesto la izquierda europea y Española».
También se abordará «la sostenibilidad del estado de bienestar y de como podemos afrontar su mantenimiento en la Sanidad y en las pensiones. Tenemos que hablar de la adaptación de la educación a la globalización; del liderazgo de la globalización digital, de la actualización de la administración pública, del fortalecimiento de la unidad de España frente a quienes quieren romperla, de la batalla de las ideas frente al nacionalismo radical y el populismo; de nuestro compromiso contra la pobreza y contra el cambio climático y de nuestra posición internacional ante los retos de las migraciones, del terrorismo internacional y de la defensa y seguridad mundial».
También anunció, por último, Casado la propuesta de creación de una Fundación Nacional que debe albergar los debates de las cuestiones que antes mencionaba y que estará formada por los mejores expertos españoles y del continente europeo. Esta Comisión debe generar «la mejores ideas que son las que siempre mueven el mundo; una agenda ambiciosa, reformista, transformadora, pero sensata y responsable», porque, según dijo «hay que seguir dando luz y agua mientras transformemos España».