[dropcap]O[/dropcap]cho siglos contempla a nuestra Universidad y desde entonces millones de estudiantes han pasado por sus aulas, en la serie ‘Ilustres de la Usal’ queremos rescatar la vida y trayectoria profesional de algunos de estos alumnos con notoriedad mundial que se formaron en Salamanca.
Dicen que las casualidades no existen, por eso creemos que Manuel Belgrano, el ideólogo de la bandera de Argentina y uno de los padres del país americano, se inspiró en el escudo de la familia Solis (que se puede ver en el Palacio de Solis, en la plaza de San Benito) para el sol que se ve en la divisa.
Manuel Belgrano nació en Buenos Aires en 1770, de origen italiano, su padre era comerciante genovés, estudió primero en su tierra y en 1789, con 19 años, vino a estudiar a España, primero fue alumno de la Universidad de Salamanca, después en la de Valladolid y por último, obtuvo la diplomatura de abogado por la de Madrid.
El año que llegó a España, estalló en Francia la Revolución. Siguió muy atento lo que estaba sucediendo en el país galo y ello lo llevó a adoptar la ideología liberal.
Revolucionario
Regresó a Río de la Plata al ser nombrado secretario del Consulado de Buenos Aires, entre 1794 y 1810, cuando este territorio aún pertenecía a la Corona Española.
Ocupando el cargo de secretario comenzó, colaboró en el Semanario de agricultura, industria y comercio, fundó una Sociedad Patriótica, Literaria y Económica y el periódico Correo de Comercio, siempre con el ánimo de difundir y llevar a la práctica su ideario liberal y de contribuir al desarrollo educativo, cultural y económico del país.
Precisamente, gracias a esta labor, pudo darse cuenta que siendo una colonia, era imposible que se modernizara su tierra. Así que en 1809 se unió a la causa contra la dominación española. De hecho, Belgrano fue uno de los dirigentes de la Revolución del 18 al 25 mayo de 1810, punto de partida del proceso independentista, y formó parte como vocal de la Junta que se creó en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810, germen de lo que sería el primer gobierno argentino.
En 1812 Manuel Belgrano asumió la jefatura del Ejército del Norte y creó y enarboló por primera vez, la bandera azul y blanca que había de convertirse en enseña oficial de la nación.
Dirigiendo las tropas, venció en las batallas de Tucumán y Salta. Pero, no todo fueron victorias, también tuvo derrotas, como la de 1813 cuando intentaba proseguir su avance invadiendo el Alto Perú (la actual Bolivia), que quedó bajo el dominio de los españoles.
Los tiempos de Manuel Belgrano como militar concluyeron, pero siguió trabajando para la causa independentista de Argentina. Así, en el Congreso de Tucumán donde se declaró formalmente la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, núcleo de la actual Argentina, y aprobó como bandera nacional la que Belgrano había diseñado e izado en 1812.
El historiador Felipe Pigna, en su libro: Manuel Belgrano, el hombre del Bicentenario, lo retrata como un ecologista, un defensor de la educación pública y un luchador por la igualdad de género. “Es el primer hombre que pensó la patria antes de que existiera”, explicó Pigna en una entrevista concedida con motivo de la presentación del libro.
Definió a Belgrano como un excelente economista, un adelantado a su tiempo y un ilustrado embebido por las ideas progresistas que rodeaban a la Europa de la Revolución Francesa. Además, atacó a la sociedad machista de aquella época hablando de la igualdad entre el hombre y la mujer y la importancia de que la mujer accediera a la educación universitaria.
Su recuerdo en Salamanca
La Universidad de Salamanca recuerda a su ilustre alumno. Emiliano Jiménez, fundador de la Sala de las Tortugas, ubicada en la Facultad de Ciencias, nos cuenta que era costumbre hace muchos años que cuando un científico argentino llegaba a Salamanca, fuese él el encargado de explicarles el edificio Noble de la Universidad y la fachada de la Casa de Francisco de Solís. «Nació esa moda cuando la Sala de las Tortugas estaba en el Claustro Bajo (entre 1988 y 2000), como iniciativa mía, siempre pensando en la gran acogida que dispensó la República Argentina a cuantos españoles buscaron nuevos horizontes en ella y la gran ayuda que siempre dispensó, en momentos de penuria, al pueblo español», matiza Jiménez.
Dos puntos eran y son obligados para los visitantes argentinos: la placa conmemorativa que está en el Claustro Bajo de la Universidad, colocada allí por la Asociación de Estudiantes Argentinos en honor de Manuel Belgrano, el más ilustre de todos ellos, creador de la Bandera Argentina, y la fachada de la Casa de Francisco de Solís, cuyo escudo con el Sol Radiante puede haber sido el origen del colocado en la Enseña Patria, ennobleciéndola.
Además, como señalábamos al comienzo, las casualidades no existen. Así, rizando el rizo, diremos que Juan Díaz de Solís fue elegido sucesor de Américo Vespucio como Piloto Mayor de Castilla y le cabe el honor de haber descubierto el Mar del Plata, que él llamó “Dulce” por no ser salada su agua. Posteriormente fue llamado “Mar de Solís”.
La Casa de Francisco Solís, hoy sede de Ediciones Universidad de Salamanca, es un palacio renacentista en cuyo escudo heráldico figura el sol radiante, dorado.
Aunque el edificio no tiene mucho que ver con el descubridor del Río de la Plata, debió impresionar a Manuel Belgrano, muy influido por la grandeza de Salamanca en la historia de América.