Alrededor de una treintena de operarios de la Diputación y otros tantos de la Junta, junto con vecinos voluntarios y los bomberos de Almazán y Berlanga de Duero, se afanan este lunes por devolver la normalidad a Santa María de Huerta, después de que ayer sufriera una inundación tras las intensas lluvias y el desbordamiento del río Jalón.
ICAL. El alcalde de la localidad, Juan Pascual Ballano, explicó a Ical que «poco a poco» Santa María de Huerta vuelve a la normalidad, gracias a que los operarios achican agua de los locales inundados, de las calles y del monaterio cisterciense, donde el agua alcanzó el metro de altura. «Esto es muy gordo. En poco tiempo vivimos el diluvio y estamos achicando agua», recordó en referencia a la tormenta que sobre las 18.20 horas anegó el municipio.
Asimismo, indicó que el problema no es el agua que llegó a caer en poco tiempo, sino que existen barrancos en otras localidades próximas ubicadas a más altura que no contienen el agua y que provocan el desbordamiento del Jalón. El río fuera de su cauce ocasionó que varias calles estén «intransitables por el barrizal» y que un puente quedara totalmente destrozado. «En una carnicería, el agua rompió los cristales del escaparate», puntualizó.
El 23 de junio de 2015 el río Jalón también se desbordó a su paso por esta localidad ubicada en el sur de Soria y provocó el derrumbe del muro del cementerio, llevándose por delante las lápidas y tumbas del recinto. Ante esta situación, el regidor exigió a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que realice obras en uno de los barrancos para aliviar las consecuencias que acarrean las fuertes tormentas, y recordó que, afortunadamente y aunque el agua arrastró cuatro vehículos, no se han producido daños personales.
Respecto a los destrozos en el monasterio cisterciense, el delegado de Patrimonio de la Diócesis de Osma-Soria, Rubén Tejedor, detalló que el claustro herreriano está inundado en su totalidad al igual que el interior del monasterio, donde «se ha metido mucha agua y barro». Asimismo, recordó que el agua provocó que cediera la valla que rodea la huerta de los frailes, dando lugar a que entrara a raudales.
«Se embalsó una cantidad ingente de agua en la huerta del monasterio y cedió parte de la tapia que da al paseo de la Estacada, que no tiene gran valor patrimonial. Esto provocó que se anegara todo el pueblo. Los destrozos han afectado al claustro y a una tienda donde se venden los recuerdos del monasterio y las entradas», apostilló.
Asimismo, indicó que el jefe de Servicio de Cultura y Patrimonio de la Junta, Carlos de la Casa, junto con técnicos de Patrimonio de la Diócesis oxomense se han personado esta mañana en el monasterio para conocer el alcance de los daños.