Dos de cada tres españoles han viajado con alguien que olía mal

El mal olor corporal supone el 68% de las quejas de los viajeros de avión.

Según una encuesta realizada por el buscador de vuelos y hoteles Jetcost, dos de cada tres viajeros españoles han sufrido a un compañero de viaje que olía mal. El mal olor corporal supone el 68% de las quejas de los pasajeros, aunque también molestan la embriaguez, el alto tono de voz o la invasión del espacio personal.

La compañía Jetcost quería saber qué era lo que molestaba más a los pasajeros de avión europeos, por lo que realizó una encuesta a 3.000 personas (británicos, españoles, italianos, alemanes, portugueses y franceses) que habían viajado al extranjero al menos una vez en el último año.

El resultado fue la certeza de que dos de cada tres pasajeros españoles habían tenido como compañeros de viaje a personas con mal olor. Esa fue la queja más repetida en la primera pregunta del cuestionario.

Lo siguiente que más molesta a los usuarios, con una coincidencia del 65%, es el excesivo consumo de alcohol de alguien a quien tienen al lado o que se montaran en el avión después de una noche de fiesta (57%). Al 50% de los encuestados también les molesta que sus compañeros hablen muy alto o que ocupen parte de su espacio personal.

Otras quejas comunes han sido la excesiva sudoración (para el 40%), los niños que no dejan de llorar (38%), los usuarios que no dejan de moverse (37%), los que no pueden por menos que discutir constantemente con la tripulación (35%) o los que muestran su afecto en público (26%).

A pesar de ello, los europeos no suelen intentar cambiar de asiento al encontrarse en una de estas situaciones. La encuesta ha mostrado que solo uno de cada cinco entrevistados (un 20%) había intentado hacerlo. Quizá sea por que no suele surtir efecto, ya que se ha demostrado que solo un tercio de ellos (un 31%) lo consiguieron.

Sin embargo, sí supone una gran preocupación, ya que un 70% de los viajeros encuestados admitió estar intranquilo antes del vuelo pensando en qué clase de compañero de asiento le iba a tocar.

Dados los resultados de este estudio, desde Jetcost advierten que antes de entrar en un lugar donde uno va a estar confinado durante horas en un espacio mínimo, se ha de tener consideración con los demás acompañantes. Cuidar la higiene personal, mantener un tono normal de voz o no acudir tras haber bebido demasiado son algunas de las normas no escritas.

En caso de cruzarse con alguien que suponga una molestia, aconsejan a los pasajeros notificárselo al personal de tripulación para que intenten cambiar su asiento.

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