[dropcap]D[/dropcap]ice un proverbio hindú que la más larga caminata comienza con un paso. Este es el que ha dado Marta Corrionero al inaugurar Yoga Ganesha Salamanca, o como ella dice, «un hogar del yoga». Por ello, queremos que recuerde con nosotros cómo ha sido de complicado (o de sencillo) emprender un negocio hoy en día.
«Es fácil y complejo a la vez. Es fácil porque la haces desde el corazón, te nace de las tripas y con gusto. Tengo que reconocer que ha sido muy fluido todo el proceso, porque de repente apareció un lugar que quiere ser ocupado», explica Marta Corrionero.
Ese fue el primer paso. Después vinieron las obras. Y, con ellas, las personas. «Por lo que no todo lo puedes controlar. En esto pasa, como en la vida misma. También está el tema del papeleo, que aunque ha sido sencillo, siempre hay obstáculos. Hay momentos que tienes que estar abierto a lo que venga, porque es imposible poder controlar todo», matiza.
¿El yoga le ha ayudado a controlar esos momentos de caos que todo emprendedor tiene en el proceso de abrir su propio negocio?
Sí. Me ha ayudado y aún así ha habido días en los que he pensado: ‘Pero, ¿por qué me he metido en este jaleo, con lo bien que estaba yo dando clases en otros centros de yoga?’ (Risas) Pero, como decimos en la esterilla: lo respiras, te calmas,… el caos sigue estando ahí, pero lo vives o lo ves de otra manera. Dejando que suceda.
Marta, por curiosidad. ¿El yoga es más físico o más mental?
Es una combinación de ambos. Puedes quedarte con la parte física, para estirar el cuerpo, para tener más flexibilidad, siempre va a ir de la mano, porque va a aparecer la otra parte, de descanso mental, de tranquilidad. No es un objetivo que el yoga busque la relajación, pero sí que surge a través de las técnicas de trabajo físico con el cuerpo y respiración.
Se dice que si no estás concentrado, las asanas no salen. ¿Qué hay de cierto?
No sería una asana, si no estás concentrado estaríamos haciendo solamente una postura. Hay que vivirla, respirarla y sentirla. De nada me sirve que hagas una asana de ‘revista’, si estás pensando en la lista de la compra. Es una postura física sin más.
Elsa Pataky, Cristina Pedroche o Vanessa Lorenzo hacen posturas de ‘revista’ casi imposibles… ¿Tiene peticiones de realizar tal o cual postura?
Sí. En alguna ocasión me han pedido que quieren hacer una postura, asana, que hace una famosa.
¿Qué opina?
Siempre digo que el yoga no son palmeras, no son fotos con posturas espectaculares. Pero, quizá todo esto hace que esté de moda, no es la mejor vía, pero nos puede ayudar a dar a conocer esta disciplina milenaria.
¿Qué nos ofrece Marta Corrionero en sus clases?
Ganesha nace como un proyecto de acercar el yoga a todo el mundo y a todas las edades desde lo sencillo. No buscamos posturas salvajes, puedes hacerlas si el físico te lo permite. Ofrecemos clases donde hay una parte física, otra de pranayama, de respiración, y meditación.
¿Es fácil meditar?
Es muy sencillo.
¿De verdad? Eso de poner la mente en blanco…
No se puede poner la mente en blanco. Es más, si la dejas en blanco, no te va a gustar, porque estás muerto. La mente necesita estar trabajando, necesitamos los pensamiento.
Lo que se persigue es centrar, es estar presente, es verte y sentirte en el espacio donde se desarrolla la práctica. Tienes que ser capaz de estar en esa habitación donde realizas la meditación, con la ventana, la cortina,… El manido estar aquí y ahora. Es sentirte en ese sitio donde estés.
Corrionero explica que te puedes ayudar con una meditación guiada, con un profesor de yoga o una grabación. Puede ser a través de la respiración. Es buscar la forma que a cada uno le funcione mejor. «En mi caso, lo más sencillo es a través de la respiración». No se buscan luces de colores o experiencias de liberación, porque quizá no te ocurre nunca o uno segundos, «lo que se busca es una forma de estar ahí y respirar en esas sensaciones».
Por último. ¿Cómo te vas para casa después de una clase con Marta Corrionero?
Tengo una amiga que dice que la sensación que tiene al concluir la clase es de plenitud, de descanso,.. similar a cuando apaga la campana de la cocina, que no sabes lo que molesta hasta que no la cortas. (Risas) Te vas más liviano en todos los sentidos, porque el cuerpo va muy relajado después de hacer ejercicio y liberado tensión», concluye.