El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, y el secretario general de la Unión General de Trabajadores, José María Álvarez, han firmado este martes un convenio de colaboración para poner en marcha cursos específicos para la formación de dirigentes sindicales.
En el marco de la celebración del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca y el 130 aniversario de la organización sindical UGT, ambas instituciones han suscrito un acuerdo de cuatro años para llevar a cabo diversos programas. Además, han creado un premio anual dotado con 2.000 euros para un Trabajo Fin de Grado relacionado con temas sindicales jurídicos, históricos, sociológicos, económicos, etc.
Para el secretario general de UGT, José María Álvarez, este convenio «tiene como objetivo profundizar en las relaciones entre la Universidad de Salamanca y la UGT». Además de lo anteriormente mencionado, servirá para trabajar en temas de memoria histórica, formación ocupacional, y «para que la universidad tenga una relación efectiva con la empresa».
Según Álvarez, el centro de investigación, de desarrollo y de innovación «más grande que tenemos son las universidades» y hay que hacer un trabajo de acercamiento «para que la investigación que se haga en la universidad se pueda convertir a la vez en proyectos industriales que nos ayuden a ser un país que forme parte de los que en el mundo se distinguen por innovar y por producir con valor añadido».
El secretario general también ha querido rendir «homenaje a todas las universidades de nuestro país, a todos los empleados públicos que desde las universidades trabajan día a día de manera incansable». «Sin ellos nuestro país no sería lo que es hoy», subrayó, «después de las golfadas que hemos visto de unos muy poquitos, hoy hay que poner de manifiesto ese valor y ese respeto».
José María Álvarez considera que las universidades «tienen que mantener su autonomía» e «ir hacia una nueva Ley de Universidades que garantice una financiación que las haga libres». Para él, esa falta de autonomía económica impide contratación de calidad y convenios colectivos que dignifiquen a los trabajadores.
La memoria histórica es un apartado muy importante para los sindicatos, pero recientemente se ha puesto de manifiesto la posibilidad de que la actual Ley de Memoria Histórica peligre debido al aumento del apoyo a las fuerzas políticas de extrema derecha como Vox. Álvarez no teme esta posibilidad debido a que esa parte de la población española es minoritaria.
«En España hay una parte de los ciudadanos ultra minoritaria que es ultra derechista», señaló a este respecto, «que es claramente fascista. Lo sabemos y lo sabíamos». «La Ley de Memoria Histórica nos tiene que ayudar a que haya una inmensa mayoría de ciudadanos de este país que reconozcamos nuestro pasado y que miremos nuestro futuro», añadió.
«Sin reconocer nuestro pasado, sin que todo el mundo pueda tener conciencia de que no tiene ninguna persona en ninguna cuneta sin que se le honre debidamente», continuó, «es muy difícil abrir las puertas del futuro».
Álvarez cree que «hay algunas anacronías que, fruto de una transición negociada después de 40 años se mantienen, que no se pueden mantener». «En ningún lugar del mundo se le ocurre a nadie pensar que tiene que haber un memorial al fascismo como hay en nuestro país».
«Creo que esas son cuestiones que lo que hacen es reconocernos como somos y poder avanzar para la mayoría de ciudadanos de este país que queremos vivir en convivencia, en paz, en libertad y cada uno desde su posición», concluyó.