El Obispado de Salamanca comunicó este lunes su decisión de prohibir el ejercicio del sacerdocio al expárroco de San Julián, que recientemente fue denunciado por los abusos sexuales que presuntamente cometió en los años 80 sobre varios menores.
La Diócesis de Salamanca manifestó, asimismo, «su compromiso con la tutela del bien público general y de la Iglesia en particular. Esta responsabilidad se concreta en la vigilancia y protección de los derechos de todos los fieles, pero de un modo especial, en la salvaguarda de los menores, los más frágiles y desprotegidos«.
El Obispado expresó «su profundo dolor por unos delitos que han lesionado la santidad del sacerdocio y han herido gravemente la vida cristiana de las víctimas y su comunión con la Iglesia». Pidió, por último, «a todos perdón, expresando a la vez el compromiso de que actos semejantes no se repitan nunca más» y anunció que «ha decretado sancionarle con la prohibición del ejercicio público del ministerio pastoral«.
Un hombre de 43 años denunció el pasado mes de mayo en un juzgado salmantino a un sacerdote, ahora jubilado, por los presuntos abusos sexuales de que presuntamente fue objeto hace veinte años en la iglesia de San Julián (junto a la Cámara de Comercio). En la denuncia la víctima afirmaba que no fue el único que presuntamente sufrió esos abusos por parte del sacerdote denunciado.
Ya estaba apartado
El sacerdote acusado pasó a la situación de jubilación canónica y dejó de tener encomendado algún oficio eclesiástico «para prevenir el posible escándalo de los fieles, de forma cautelar», mientras se esclarecían los hechos, por lo que el sacerdote dejó de ejercer en público el ministerio sacerdotal nada más que trascendió la denuncia contra él.
El cura insistió entonces en su inocencia, pero reconoció haber participado en la organización de los campamentos de verano que organiza la parroquia de San Julián, en los que la víctima aseguró haber sufrido los “tocamientos y masturbaciones” del párroco.
El sacerdote lo niega
El sacerdote de 73 años negó las acusaciones y aseguró a www.publico.es no haber recibido ninguna notificación de los juzgados. “Es un caso de falso testimonio”, denunció. “No me ha llegado nada de los juzgados de Salamanca, pero sabía que andaba con alguna cosa de estas”, reconoció el sacerdote. “Esto está bajo el obispo, hemos hablado”, sostiene.
Isidro López Santos insistió entonces en su inocencia, asegurando que la denuncia es totalmente “infundada” y “el motivo es sacar dinero”. “Parece ser que quiere dinero, que busque el dinero”, ha esgrimido, antes de asegurar que tiene “la conciencia tranquila”, y defender que “si de los juzgados tiene que salir algo más, que salga”.
“Tengo la conciencia muy tranquila, a nivel de periódicos ya sabrán ustedes la responsabilidad que tienen”, respondió, antes de pedir “cuidado con lo que se publica”. “Cuidado con lo que se publica, es una difamación muy grave”, afirmó, insistiendo en que “se atenga a las consecuencias, tanto él como ustedes [cuando] lo publiquen”, y asegurando que esto “no era una amenaza”.