El Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León crecerá un 2,9 por ciento en lo que queda de 2018 (tres décimas más de lo esperado inicialmente), pese a las perspectivas globales de ralentización y un 2,4 por ciento en el ejercicio de 2019, según la estimación del informe de Previsiones Económicas de Castilla y León elaborado por la sociedad de estudios del grupo Analistas Económicos de Andalucía y publicado por Unicaja Banco.
En el caso de Salamanca, la economía provincial crecerá este año un 3%, una décima por encima de la media regional.
Valladolid será la provincia que más crecerá en lo que queda de año 2018, con una previsión de aumento de su Producto Interior Bruto (PIB) del 3,2 por ciento, según los datos del informe de Previsiones Económicas de Castilla y León elaborado por la sociedad de estudios del grupo Analistas Económicos de Andalucía y publicado por Unicaja Banco.
Estará seguida muy de cerca por las provincias de Salamanca y Soria, que prevén mejoras en su economía del tres por ciento, lo que las sitúa por encima de la media de la Comunidad. Por su parte, León y Burgos se encuentran en estimaciones similares a la media (2,9 por ciento), con una previsión de crecimiento del 2,8 por ciento, mientras que el resto de provincias se situarían por debajo de estos valores.
Respecto a la situación actual, Valladolid, junto a Soria, también es la provincia que más ha crecido en el segundo trimestre, ya que según el Indicador Sintético de Actividad del informe, experimentó un crecimiento del 3,6 por ciento en el PIB respecto al mismo periodo del año anterior, y manteniéndose por encima de la media regional, que cifra la subida en 3,4 por ciento.
Burgos y Salamanca reflejaron en este segundo trimestre un crecimiento del 3,5 por ciento, mientras que León aumentó en un 3,4 por ciento su PIB. Al igual que en el caso anterior, el informe indica que el resto de provincias experimentaron un crecimiento económico, si bien inferior a la media autonómica.
La región
El crecimiento previsto para Castilla y León es tres décimas superior al estimado en junio gracias a una mayor aportación del sector servicios y de las ramas primarias, así como un mayor crecimiento del gasto de los hogares. Mientras que para 2019 se prevé que la mejora en las previsiones se deba a una aportación positiva de todos los sectores con aumentos del uno por ciento en la industria y del 2,9 en el sector servicios.
La economía de la Comunidad crecerá a mayor ritmo que la de la Unión Europea, ya que en el ámbito mundial se prevé una pérdida de dinamismo causada por la adopción de medidas proteccionistas ante crisis como el Brexit.
En la economía española las perspectivas muestran una fase de ralentización, que será menos acusada que en el resto de Europa, pero que continuará con el crecimiento de la economía nacional que se inició en 2013 con tasas de variación interanual de la producción en torno al 2,5 por ciento.
Además, el informe realiza un análisis de la situación actual, donde la economía en Castilla y León creció en el segundo trimestre de 2018 un 3,4 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior como consecuencia del mejor comportamiento de la demanda interna y de los crecimientos en la oferta en todos los sectores.
Del mismo modo, si comparamos el PIB de la Comunidad con el primer trimestre del año, también supuso un incremento del 1,2 por ciento. Este crecimiento de la economía se debe a la mejora de la demanda interna y los crecimientos en la producción en diferentes sectores, como el agrario donde la subida ha sido del 12,4 por ciento, en la industria (3,1 por ciento), en el sector servicios (3,3 por ciento) y en la construcción (2,7 por ciento).
Por sectores, la representante de Analistas, Felisa Becerra Benítez, explicó que el sector agrario experimenta crecimientos en la producción superiores al diez por ciento, debido a las malas cifras obtenidas en 2017 a causa de la sequía.
En el ámbito industrial se apreció una mejora en la primera mitad del presente año a causa del crecimiento de la actividad industrial con el aumento de las ramas manufacturadas y el descenso de las ramas energéticas en un 4,3 por ciento.
La construcción registró una mejora respecto a los últimos años, con una subida de más del 40 por cierto en la superficie a construir, “un indicador que muestra por donde va a ir la evolución en los próximos años”, indicó Becerra, al igual que unas cifras en la compraventa de la vivienda usada próximas al nueve por ciento.
En el sector servicios el crecimiento ha sido algo mayor del esperado. La facturación creció principalmente en las ramas productivas y en el comercio, mientras que las contrataciones aumentaron en menor medida en el comercio frente a la hostelería.
Precisamente, respecto a las contrataciones, la afiliación a la seguridad social mostró un incremento del dos por ciento gracias a un aumento del empleo en todos los sectores. Destaca en este campo el crecimiento en el sector industrial del 14,2 por ciento, con casi 4.000 ocupados más que el año pasado.