[dropcap]L[/dropcap]as tres últimas semanas hemos visto el planteamiento que se hizo por la Asociación por la Excelencia de los Servicios Públicos (AESP), junto con las Cortes Generales, en el marco de las cuatro décadas de nuestra Constitución, sobre “La gran transformación de los servicios públicos. 40 años que cambiaron España (1978-2018)”.
Hoy terminamos con la cuarta entrega, en la que se resumen las cuatro ponencias correspondientes al “estado de bienestar”, que son las relativas a Sanidad (Julián García Vargas), Educación (José Antonio Marina), los servicios públicos municipales (Jesús Sanchez Lambás), y la Constitución como proveedora de servicios públicos (Francisco Caamaño).
Julián García Vargas: sanidad
Existe una la línea compartida de dificultades financieras de todos los sistemas asistenciales desarrollados, lo que aboca, de tiempo en tiempo, a la reestructuración de los servicios europeos de sanidad, con una fuerte tendencia al alza del gasto, que coincide con un sistema fiscal que pierde progresividad. Donde nuevas demandas sociales exigen servicios personalizados, y el gran envejecimiento de la población plantea nuevos tratamientos farmacológicos y de diagnostico de coste elevado. Por eso, la inacción no es una opción ante problemas que no pueden esperar a ser afrontados con realismo.
Los elementos para la reforma son del tipo de introducción de nuevos copagos en función de la renta personal, los estímulos a la mayor responsabilidad en el autocuidado de la salud, y los cambios profundos en la gestión, todos ellos difíciles de aplicar, impopulares y expuestos a la demagogia.
La conclusión de todos los analistas es que no existe un modelo sanitario ideal en el espectro de los países desarrollados. En ese contexto se sitúa el caso español configurado por cuatro elementos críticos: es un modelo europeo de financiación predominantemente pública y cobertura universal; buenos resultados en términos generales; elemento básico de cohesión social; y problemas de sostenibilidad y retos de salud del resto de los países europeos.
Siguiendo los estudios comparativos más serios, se puede afirmar que los servicios de asistencia sanitaria en España figuran entre los mejores del mundo, con buena calidad y bajo coste relativo, a pesar de sus defectos. Por eso los ciudadanos les pedimos a los representantes de las dos Cámaras que aborden las reformas que vienen demandando los profesionales y expertos del SNS, con sentido de Estado y sin excesivos prejuicios ideológicos. Todos deseamos que lo consigan.
Juan Antonio Marina: educación
Aún no está terminada la ponencia de Juan Antonio Marina, y por ello no incluimos sus conclusiones. Por ello, nos permitimos traer aquí una semblanza del autor, proveniente de la contraportada de La Vanguardia, de 6 de noviembre de 2018:
Es un lujo conversar con José Antonio Marina, un hombre que ha pensado mucho para animarnos a los demás a hacerlo con mayor provecho. Se lo agradezco, sobre todo tras leer Biografía de la humanidad (Ariel), libro compuesto junto al historiador Javier Rambaud, con ilustrativo subtítulo: Historia de la evolución de las culturas. Explica cómo nuestra biología nos abocó a la cultura, y cómo la cultura modeló nuestra biología… Somos una especie que se amaestra a sí misma, entre erupciones de creatividad y arrebatos de destrucción. Marina propone explicar este proceso en las escuelas, en todos los cursos, convertirlo en una ciencia para conocernos mejor y para soslayar lo peor.
Jesús Sánchez Lambás: servicios públicos municipales
Como deben de asumir el reto del futuro los ayuntamientos y el mercado, para prestar servicios esenciales a sus vecinos es el gran desafío para estos tres grandes patrones de empresa que hoy nos acompañan, y sus demás colegas, y para todos los ayuntamientos.
En realidad es el reto de todos: Tenemos más de 8.000 municipios pero el 95por 100 de la población concentrado en 1.500. España se centrifuga. El interior se vacía y Madrid y el litoral se sobre pueblan en una dinámica demográfica suicida que compartimos con otros países europeos, aunque seguramente estemos a la cabeza: ¿cómo van a articularse modelos de colaboración en un futuro para atender a poblaciones insertas en grandes conurbaciones y en localidades de 500 habitantes?
La tecnología será relevante, pero el éxito estará en definir los modelos necesariamente de geometría variable. Esa es la cuestión para construir el futuro. Dejemos las futilidades y ocupémonos del futuro, con lealtad constitucional. Permítanme la cita obvia: “La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser”.
Francisco Caamaño: Constitución como proveedor de servicios públicos
En estos cuarenta años nuestra constitución ha generalizado, como en ningún otro momento de nuestra historia el acceso universal a los derechos y libertades públicas. El servicio que ha prestado a las mujeres, a los dependientes, a los personas LGTB, a los migrantes indocumentados no tiene precedentes en nuestra historia. Claramente el tiempo de la constitución ha sido un tiempo en el que mejorar e igualar los derechos de las personas.
Y, por último, también se ha ajustado nuestra Constitución al principio de neutralidad, facilitando la alternancia en el poder, la pluralidad ideológica y la formación de una opinión pública libre en correspondencia con lo que K. Hesse denominó “una sociedad abierta de los intérpretes constitucionales”.
No es un servicio público, pero la de 1978 ha sido la Constitución más servicial que hasta ahora ha tenido España. Mejorémosla, sin olvidar que, como ocurre con los servicios públicos, reformar significa reafirmar, es decir, asegurar la continuidad y la calidad del servicio. Muchas gracias.
Cumplida nuestra pequeña pero creo que interesante contribución a los 40 años de la Constitución con la Jornada del 8 de octubre de 2018 en el Congreso de los Diputados, el próximo jueves seguiremos con nuevo tema. Y hasta entonces, el autor espera los comentarios de los lectores de lacronicadesalamanca.com en castecien@bitmailer.net
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