Una casa para presumir

casa de las conchas
La Casa de las Conchas.

[dropcap type=»1″]C[/dropcap]on los Reyes Católicos se logra la consolidación definitiva de la monarquía, terminándose las luchas por el poder. Con ellos apareció una nobleza cortesana y urbana que permaneció sumisa al aparato del Estado y que se hizo con privilegios sociales y económicos. Con la conquista de Granada se puso fin a la estancia de los nobles en el mundo rural y comenzaron a construir sus residencias en las ciudades. Se inicia una competición arquitectónica entre los linajes de las ciudades, y Salamanca es un buen ejemplo de ello. Los palacios y las casas solariegas en el medio urbano se transforman en símbolo del poder económico y social. Las torres, almenas y la decoración exterior, con abundancia de escudos de la familia, era la forma que tenía la nobleza de llamar la atención sobre su posición en el imperio que acababa de conformarse. De esta forma de pensar nace entre otros muchos palacios salmantinos, la Casa de las Conchas.

[pull_quote_left]Con la conquista de Granada se puso fin a la estancia de los nobles en el mundo rural y comenzaron a construir sus residencias en las ciudades. Se inicia una competición arquitectónica entre los linajes de las ciudades, y Salamanca es un buen ejemplo de ello[/pull_quote_left]La Casa de las Conchas es un edificio propio de la arquitectura de los Reyes Católicos, de estilo gótico con algunos elementos platerescos. Su construcción se inició en 1493, poco después del descubrimiento de América y de la conquista de Granada; de ahí que ya aparezca la granada en el escudo del reino en su fachada. En el interior destacan el patio con arcos mixtilíneos, la escalera y el artesonado. Su edificación concluyó en el siglo XVI, más concretamente en 1517. A principios del siglo XVIII la casa se restauró y amplió, surgiendo la fachada que da hacia la Rúa.

Es uno de los palacios urbanos más representativos de la nobleza salmantina del siglo XVI. El edificio fue mandado construir por Rodrigo Maldonado de Talavera, caballero de la Orden de Santiago, catedrático de Derecho en la Universidad de Salamanca, de la que llegó a ser rector y miembro del Consejo Real de Castilla. Rodrigo adquirió para el enterramiento de su familia la denominada capilla de Talavera, en el claustro de la Catedral Vieja.

Continuó las obras su hijo, Rodrigo Arias Maldonado, casado con la hija del conde de Benavente y marqués de Távara, Juana Pimentel. Rodrigo y Juana tuvieron dos hijos: Pedro Maldonado Pimentel, caudillo comunero, e Inés Enríquez. Inés casó con Diego López de Tejeda. Con este matrimonio los Maldonado emparentaron con los señores de Tejeda, que ostentaban también los señoríos de Escurial y Campocerrado. La familia unía así estos títulos a los que ostentaban los dueños de la Casa de las Conchas: señores de Babilafuente y Avedillo.

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