PP y PSOE se han visto las caras este miércoles en la sesión de control del Congreso, la primera vez tras la renuncia del juez Marchena a presidir el CGPJ y la posterior ruptura del pacto entre ambos partidos para renovar la institución. No obstante, el protagonista de la jornada ha sido el portavoz de ERC, Gabriel Rufián.
Rufián ha calificado al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, como «el ministro más indigno de la historia de la democracia española», a lo que Borrell ha respondido que «una vez más ha vertido usted sobre el hemiciclo una mezcla de serrín y estiércol, que es lo único que es capaz de producir».
Tanto fue así que la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, tuvo que llamar al orden al portavoz de ERC hasta en tres ocasiones. Evidentemente, tras la tercera viene la expulsión, por lo que Rufián acabó abandonando la sala acompañado de sus compañeros de grupo.
A su paso por el pasillo de salida del hemiciclo, el diputado Jordi Salvador realizó un gesto de escupir hacia la bancada de los ministros, por lo que Borrel acabó encarándose de nuevo. El ministro asegura que Salvador le ha escupido, pero Tardà lo ha negado ante los medios poco después del altercado. «Borrell tendrá que aclarar por qué convierte un giro de la cara en un escupitajo», declaró.
Todo apunta a que Ana Pastor no se percató del gesto, aunque llevará el incidente a la próxima reunión de la Mesa para estudiar una posible sanción contra el diputado. La presidenta ha recriminado a los parlamentarios los «insultos, las faltas de respeto y actitudes impresentables» de todos los grupos, ante lo cual varios diputados del PSOE, Podemos y el PDeCAT han asegurado que no se sienten aludidos por estos reproches.
En cuanto al tema del juez Marchena, Pablo Casado fue el primero en intervenir para culpar al Gobierno de que «malogró» el proceso «filtrando» el nombre de Manuel Marchena como el elegido por ambos partidos para presidir la institución judicial. Por su parte, Pedro Sánchez le respondió que «para tapar sus vergüenzas y no pedir responsabilidades al señor Cosidó, pretende romper la renovación del CGPJ, tan necesaria para la democracia española».