Los seis perros que vivían en el chalet donde dos Dogos de Burdeos atacaron a sus dueñas han sido sacrificados. Este martes, el Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid ha tomado la decisión tras el informe de los veterinarios, que indicaba un alto grado de agresividad en los animales.
La semana pasada, una mujer de mediana edad y su hija fallecieron en su vivienda de Colmenar de Oreja a causa de las heridas provocadas por el ataque de dos de sus seis perros. Tras el suceso, los canes fueron trasladados al Centro de Acogida de Animales para realizar un análisis y decidir su destino. Este martes, han sido sacrificados.
Según los análisis realizados por los veterinarios, los dos perros atacantes tenían rasgos de la raza Dogo de Burdeos y de American Stanffodshire Terrier. El Dogo de Burdeos no está incluido en la lista de perros peligrosos en la Comunidad de Madrid, mientras que el American Staffodhire sí se enmarca en esta categoría.
No obstante, el informe señala una elevada agresividad de los perros, así como dificultad para su manejo, ausencia de documentación y carencia de vacunas contra la rabia, lo que pone en peligro la seguridad de los trabajadores y del resto de animales del centro. Además, se afirma que los canes son «potentes y de carácter agresivo, con posibilidad de ataque a personas u animales».
Debido a esto y según lo expuesto en la Ley de Protección de Animales de Compañía de la Comunidad de Madrid, el gobierno regional ha optado por el sacrificio «por el grave e inminente riesgo para la seguridad de las personas y otros animales que demostraba su manifiesta agresividad, así como por razones de bienestar animal».