Para vergüenza ajena la que sintieron este miércoles los espectadores de Operación Triunfo 2018. Como es tradición en el programa, fueron invitadas dos personas importantes en la vida de las dos nominadas, Marta y María. Uno de los afortunados fue el novio de María, quien protagonizó uno de los momentos más surrealistas del talent show musical.
Marta y María se jugaban la pasada noche su estancia en la academia. Como Marta repetía nominación, no fueron ninguno de sus padres quienes aparecieron en el plató de OT para darle un buen abrazo, sino una de sus mejores amigas. En el caso de María, nominada por primera vez, fue su novio, Pablo, quien tuvo el honor de hacerle una vista. Y ese fue el error del programa.
María eligió el tema ‘Because the night’ para defender su nominación, marcándose así una de sus mejores actuaciones de la edición. Pese a no ser una de las mejores voces de la academia, se ha mantenido en el programa por su forma de ser. María tiene muy claro quién es y cómo quiere ser, y siempre ha evitado encasillarse en uno de los cánones establecidos por lo políticamente correcto.
Fue la protagonista de la polémica que se creó alrededor del término «mariconez» y se convirtió en una abanderada de la inclusión y del feminismo. Y, pese a todo ello, tuvo que vivir anoche el momento más bochornoso de la décima gala (y, probablemente, de toda la edición).
Ya desde el primer momento en el que su novio pisó el plató de Operación Triunfo, no le importó estar rodeado de cientos de personas y estar siendo visto por miles de espectadores, padres de su pareja incluidos, para darle uno de esos besos que hacen historia. No uno romántico y bonito, sino uno que denotaba una auténtica necesidad de intimidad. Aún así, nadie se imaginaba lo que vendría después.
Tras darle la bienvenida al programa, Roberto Leal le preguntó cómo había visto a María durante el concurso, a lo que Pablo respondió «pues que flipas, está haciendo un concurso mantecón y… ¡Es que está buenísima!», algo que repitió en varias ocasiones. Momentos más tarde, el presentador le preguntó qué era lo que más había echado de menos de ella, y, tras pensárselo unos segundos, lo tuvo claro: «su culo».
Por ese entonces ya las caras de sus compañeros eran un poema, pero podía ser peor. Leal quiso saber cuáles eran sus planes si María salía de la academia esa noche. «¿Quieres que te lo diga?», inquirió el novio de la concursante, ante lo cual Roberto Leal pareció arrepentirse inmediatamente de su pregunta, «follar». Y por si no había quedado claro, se lo repitió más alto al público.
«Eres un mantecón», le repitió a su novia antes de despedirse, «y estás buenísima por la tele, te lo juro, cada día estás más buena, no sé si es por el fitness o por qué, pero cada día estás más buena».