El censo de la Comunidad tiene gran importancia biogeográfica por estar situada en el límite septentrional del área de distribución de la especie, lo que aumenta su vulnerabilidad
Juan López/ ICAL. Castilla y León cuenta en la actualidad con 47 parejas de cigüeña negra, catalogada como especie vulnerable, de las que el 60 por ciento se encuentran en Salamanca, en el eje formado por los Arribes del Duero y sus principales afluentes (Tormes, Huebra-Yeltes y Águeda). No obstante, estos datos no esconden el «continuo declive, nada pequeño», de la población de este ave desde el año 2010, cuando los censos las cifraban en unas 81 parejas, especialmente en los bordes de su área de distribución.
Esta caída de un 42 por ciento plantea un escenario «preocupante» para SEO/BirdLife, pues el censo de la Comunidad tiene gran importancia biogeográfica por estar situada en el límite septentrional de la zona donde reside, lo que aumenta su vulnerabilidad.
En España, la población de cigüeña negra se eleva a 346 parejas seguras, a las que se podrían sumar otras 40 probables, que están en estudio de confirmación, según el último censo de 2017, en el que han colaborado las administraciones autonómicas de las regiones donde habita esta zancuda de tonos oscuros, junto con la organización ornitológica.
El coordinador del Área de Estudios y Seguimiento de SEO/Birdlife, Juan Carlos del Moral, explica que la población a escala nacional se mantiene «estable», sobre todo en Andalucía y Extremadura, donde se encuentra el «grueso», pero el «declive» en áreas periféricas, como es el caso de Castilla y León, evidencia que todas las especies, «cuando sufren una tendencia negativa comienzan a tener los primeros problemas en zonas más externas». «Es el primer síntoma. Auguramos un futuro próximo bastante malo en la Comunidad», sentenció del Moral, quien reclamó a la Junta un plan de recuperación para frenar «esta situación y luego revertirla».
En este sentido, añadió que la Comunidad se acoge al Catálogo Nacional, donde se contabilizan casi 400 parejas y no existe declive. Al no contar con uno regional, la situación «siempre es peor a baja escala pero la Administración no hace nada, cuando la población en Castilla y León es pequeña y en evolución negativa».
Actualmente, según SEO/Birdlife, solo dos comunidades carecen de catálogo regional. Una de ellas es Castilla y León, que de este modo «no puede recoger las características propias y su grado de amenaza». «El primer paso para contribuir a su mantenimiento sería un plan de conservación, con medidas especiales donde nidifica e identificar las amenazas. Están descritas molestias al ave porque es arisca, al contrario que la blanca. Ello le afecta y fracasa en su reproducción. Por ello, es necesario saber las razones que causan este descenso», justificó.
La cigüeña negra, que a diferencia de su pariente blanca no nidifica en zonas próximas al hombre, sino en lugares recónditos de las sierras y bosques, representa una cifra pequeña en España de casi 14.000 que se contabilizan en Europa, si bien ocupan un área especialmente importante por su carácter «aparentemente aislado y filopátrico», es decir, que tienen a mantenerse en el lugar en el que nacieron.
El área de nidificación se encuentra limitada la cuadrante suroccidental de la Península Ibérica y se reparte por cinco comunidades autónomas (Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid, además de Extremadura y Andalucía, que entre ambas cobijan a tres de cada cuatro parejas en España. En la Comunidad se ciñe a tres provincias fijas, principalmente Salamanca, con 28 parejas (frente a las 46 que había hace diez años), además de Zamora, con 13 y una probable (-31 por ciento), y Ávila, con seis seguras (-40 por ciento). En Segovia existía un territorio ocupado desde hace pocos años y actualmente se considera «vacío», aunque la observación de ejemplares «ayudan a pensar que pueda existir una pareja en la provincia y la esperanza de que no acabe despareciendo». En un total, tres de cada cuatro parejas se ubican dentro de zonas de especial protección para las aves (ZEPA) de la Comunidad. No obstante, la cigüeña negra se encuentra ligada prioritariamente a la cuenca del Guadalquivir, donde reside el 45 por ciento.
Los mayores declives poblaciones, según Del Moral, se han registrado en la porción más occidental. Especialmente significativo ha sido en Segovia y en el Valle del Tiétar abulense. Por contra, parece que en Arribes del Duero y en las dehesas de las penillanuras orientales de Salamanca han experimentado una bajada menos acusada.
Árboles y cortados
Por provincias, en Segovia y en Ávila la especie siempre ha nidificado de forma mayoritaria en árboles, mientras que en Zamora, por el contrario, toda la población provincial lo hace en cortados fluviales. En Salamanca se produce una situación intermedia, dado que el núcleo de Arribes del Duero y afluentes anida en cortados fluviales, mientras que en las penillanuras del suroeste lo hace en árboles. La especie más frecuente donde se han localizado nidos de cigüeña negra es el pino resinero, aunque también se ha observado en pino piñonero, alcornoque y encina.
Nivel de reproducción
Durante el censo de 2017 se detectó el inicio de la reproducción en 39 de los 47 territorios o parejas censadas, el 83 por ciento, mientras que únicamente 26 completaron la nidificación con éxito (55 por ciento), dando lugar a 63 pollos volados. Estos datos se traducen en una productividad regional de 1,34, un éxito reproductor de 1,62 y una tasa de vuelo de 2,42.
También destaca la importante reducción en el número de pollos volados, prácticamente a la mitad desde el máximo de los 112 contabilizados en 2006 o los 110 de 2007. En cuanto a los valores de productividad y éxito reproductor, los resultados obtenidos se sitúan de forma intermedia entre los mínimos y máximos conocidos en la Comunidad.
