El Real Madrid ofreció este martes una muestra del potencial que ha adquirido su plantilla con los refuerzos de categoría que ha realizado durante el verano.
Los blancos se impusieron por 2-0 al Sevilla en la Supercopa de Europa, un test que ha servido para constatar la brecha casi insalvable que existe entre unos y otros, y que corre el riesgo de agrandarse, en vista de las posibilidades de cada uno.
El Madrid salió con una constelación de figuras del fútbol mundial que sólo necesita un tratamiento adecuado para convertirse en una máquina de fabricar fútbol del bueno.
Los mimbres están y sólo falta ver si el equipo técnico está a la altura de los jugadores que tiene a su disposición.
El partido de Cardiff no tuvo historia. Con todas las precauciones que hay que tener a mediados de agosto, lo que es indudable es que por calidad y poderío, el duelo estaba muy desequilibrado, a pesar del voluntarismo del Sevilla.
Buenas vibraciones
Mirando hacia la Liga, si el Atleti no consigue mantener su energía y el Barça continúa en declive, la competición puede ser coser y cantar para un equipo que de momento tiene individualidades de un nivel excepcional, que presagia muchas tardes de gloria.
Casi lo de menos fue que Ronaldo marcara los dos tantos y que Casillas no destacara por sus errores. El Madrid ofreció una sensación de poderío como hacía tiempo que no tenía.