[dropcap]A[/dropcap]lcanzar las 8.000 donaciones de plasma en un año. Este es el reto que se ha marcado el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León (ChemCyL), que ya pilota un programa en Salamanca y que persigue que la Comunidad sea autosuficiente en este componente sanguíneo que se utiliza para fabricar numerosos medicamentos hospitalarios. Así lo avanzó a Ical la directora gerente del centro, Lydia Blanco, quien destacó que el programa forma parte de la apuesta por la innovación que ha marcado la vida de un centro que cumple ahora 15 años.
Calleja/ ICAL. «En España tenemos que importar plasma. No somos autosuficientes. Aunque el 85 por ciento no se usa en una transfusión, no llega para elaborar los medicamentos. Todos los centros estamos volcados en buscar donantes exclusivos de plasma«, que se utiliza en numerosos tratamientos y que ya hay laboratorios que investigan si podría contribuir a la ralentización de la progresión del Alzhéimer.
El plasma se destina a fabricar inmunoglobulinas, que se usan en enfermedades neurológicas poco comunes; albúminas, para casos de pérdida de sangre como en trautamismos, quemaduras y cirrosis hepática, para detener hemorragias y recuperar el volumen sanguíneo; alfa-1 antitripsina, para tratar la carencia de este componente que puede provocar enfermedades pulmonares graves; factor VIII y otros factores de coagulación, que se usa, por ejemplo, en pacientes con hemofilia, y otras inmunoglobulinas para abordar infecciones como la rabia, hepatitis B y tétanos.
«La donación de plasma es muy inocua para el donante. Hay programas en los que se dona dos veces a la semana; el número de donaciones puede ser muy elevado a lo largo del año. No pretendemos machacar a los donantes, pero sí queremos llegar a un grupo que podría donar con cierta regularidad y avanzar, así, en autosuficiencia», precisa Blanco.
El programa ha arrancado en Salamanca y se dirige, principalmente, a donantes del grupo B y del AB, donante de plasma universal y compatible con todos los receptores. Desde el CHEMCyL se están poniendo en contacto con estos grupos, vía correo electrónico y llamadas telefónicas, y el siguiente paso es comenzar a contactar con los donantes de El Bierzo, en León, para extender la captación al resto de provincias de manera paulatina. «Es cierto que ya hacemos unas 3.000 plasmaféris al año, pero necesitamos entre 4.000 o 5.000 más. Sabemos que vamos a necesitar tiempo, pero es una cuestión estratégica en la que estamos muy volcados», sentenció.
La donación del plasma consiste en separar los componentes sanguíneos en el momento de la extracción, de modo que se retiene el plasma y se devuelve al donante el resto de componentes sanguíneos. Dura entre media hora y 45 minutos y es muy «inocua», lo que permite donar con mayor periodicidad. Para ser donante de plasma, hay que tener entre 18 y 70 años de edad, pesar más de 50 kilos y estar sano.
Abierto en vacaciones
Por otro lado, antes la llegada de las vacaciones de Navidad, Lydia Blanco incidió en la importancia de donar sangre estos días porque los hospitales no cierran por vacaciones. «En todos los periodos vacacionales largos, se dona menos y los hospitales presentan más necesidades transfusionales», por eso animó a acudir a los puntos de donación en estas fechas.
La directora gerente del centro recordó que todos los grupos sanguíneos son necesarios, pero en especial el 0-, un grupo que se utiliza en momentos en los que se necesita una rápida intervención y no se conoce el grupo del paciente, ya que se puede transfundir a cualquier persona.