La Comisaría de la Policía Nacional de Valladolid alertó este viernes de la proliferación de llamadas telefónicas comunicando falsos secuestros, una modalidad de estafa en la que se busca generar una situación de bloqueo y angustia en el interlocutor, haciéndole creer que un familiar cercano ha sido secuestrado y que será torturado si no paga de forma inmediata un rescate.
Hasta cuatro casos se registraron esta semana en Valladolid con el mismo ‘modus operandi’’. Los supuestos secuestradores realizan llamadas intentando desde el primer momento intimidar a la víctima para que, ante su situación de nerviosismo, les facilite más información sobre el supuesto familiar secuestrado y hacer incluso más creíble la situación. El objetivo es que, ante frases como “mamá, estoy secuestrado” o “me quieren matar”, el familiar no pueda colgar para comprobar la veracidad de los hechos y pague el rescate que oscila entre los 1.000 y 10.000 euros.
Los delincuentes efectúan llamadas indiscriminadas, preferiblemente a teléfonos fijos, de potenciales víctimas españolas y en el momento en que estas descuelgan les comunican que su hijo u otro familiar está secuestrado.
Para darle más credibilidad a la amenazas, según explicaron fuentes policiales, los delincuentes, con marcado acento sudamericano, además de identificarse como miembros de bandas criminales, llegan incluso a imitar la voz de los presuntos familiares secuestrados, imitaciones que duran apenas segundos para evitar que la víctimas, inmersas en un gran nerviosismo por las amenazas recibidas, descubran el engaño. También recurren a efectos sonoros que despierten terror en los interlocutores y les atenace. De esta forma conducen a sus víctimas a un bloqueo que les impide comprobar la veracidad de la amenaza y la localización de los supuestos rehenes, a no realizar preguntas para las que los secuestradores no tienen respuestas, a no avisar a la Policía y a pagar cuanto antes.
Pago rápido
Los autores de este tipo de estafas prolongan la llamada durante bastante tiempo con dos objetivos: por un lado evitar que la víctima pueda corroborar la veracidad de la información y por otro conseguir que realice un pago rápido.
Desde hace más de dos años, cuando se detectó esta modalidad de estafa, la Policía Nacional ha alertado de estas llamadas y ha difundido periódicamente unas pautas de prevención a través de los medios de comunicación y sus canales en redes sociales. Esta labor de prevención había logrado casi reducir a cero el número de llamadas, pero en esta última semana parece que otras personas relacionadas con la trama continúan con esta modalidad delictiva con fines lucrativos. Por ello, los especialistas en secuestros y extorsiones de la Policía Nacional insisten en que se desconfíe de este tipo de llamadas y contacte de inmediato con la Policía Nacional -a través del 091 o en cualquier comisaría- si recibe una de estas comunicaciones desde un número privado o desconocido, nunca facilitar ningún otro número de teléfono, nombres de familiares o cualquier otra información personal.