[dropcap]L[/dropcap]a Casa Lis no siempre fue el museo de Art Nouveau y Art Déco que es hoy en día. Hace 40 años pudo ser derribada. Te contamos quién detuvo este atropello contra una de las grandes obras de la arquitectura modernistas que tenemos en Salamanca
Corría mayo del año 1979 y Jesús Málaga acababa de llegar a la alcaldía y un día encontró la puerta de la Casa Lis abierta. Entró y encontró el patio lleno de escombros.
Málaga relata en su libro: ‘Desde el balcón del Ayuntamiento. Memorias de un alcalde’ que había animales dentro y habían intentado forzar las columnas de mármol de Carrara de la galería alta. También cuenta que habían hecho lumbre en la habitación que fue en su día la capilla.
Málaga explica que salió de allí deprimido y prometió que aunque fuera lo último que hiciera como alcalde, salvaría de la piqueta la Casa Lis.
Se enteró de que un grupo de gitanos había acampado en el inmueble y había sustraído todo lo que de valor había allí. «Algunos bares de copas, se pueden encontrar todavía algunos restos del naufragio de la más bella casa modernistas de Castilla y León«, explica en su libro Jesús Málaga.
Además, comprobó cuál era la situación urbanística de la casa, cuyo dueño era el párroco Juan Trujillano, el cura de Armenteros, que a toda costa quería derribarla para construir un colegio o residencia.
El Ayuntamiento expropio la Casa Lis para convertirla en Casa de Cultural de la ciudad. Juan Trijillano llevó al Ayuntamiento a los tribunales, pero al final imperó la verdad. El proceso fue favorable a la ciudad, ganando todo los pleitos y adquiriendo la casa por una mínima cantidad.
Ahora, el museo de Art Nouveau y Art Déco y la colección de Ramón Andrade se han convertido en el museo más visitados de Castilla y León y en uno de los frecuentados de España.
1 comentario en «Hace 40 años la Casa Lis pudo ser derribada»
….. Y aprovechando la coyuntura los que la reformaron e hicieron las obras de acondicionamiento se llevaron fuentes de marmol, frontales de chimeneas del mismo material etc, que hoy disfrutan algunos «privilegiados»