La factura que paga Castilla y León por los ‘chalecos amarillos’ franceses

La revuelta pasa factura a los transportistas de la Comunidad que denuncian pérdidas económicas e incertidumbre al no poder cumplir los horarios
Los ‘chalecos amarillos’ ponen en jaque cada día el tráfico de 5.000 toneladas entre Francia y Castilla y León.

 

La crisis de los ‘chalecos amarillos’ complica las relaciones comerciales entre Castilla y León y Francia, que generan un tráfico de 5.000 toneladas diarias, unas 160.000 mensuales con un valor de unos 510 millones de euros. La protesta, que lleva como símbolo esta prenda que los automovilistas franceses deben llevar en sus vehículos, arrancó como respuesta al impuesto al diésel, pero en pocas semanas se ha extendido al resto del país.

 

J.A./ ICAL.  El conflicto, que ha llevado al presidente Emmanuel Macron a adoptar importantes medidas, complica la actividad de las empresas de Castilla y León con clientes o proveedores en Francia, cuyas exportaciones o importaciones dependen de que puedan circular por las carreteras los camioneros en un momento en el que esta revuelta, a la que se han incorporado grupos violentos, está levantando barreras, bloqueando pasos fronterizos y destrozando radares de velocidad.

Asimismo, los nueve primeros meses del año dejan un flujo comercial por carretera de unos 1,4 millones de toneladas, de los que más de 587.200 responden a exportaciones de la Comunidad y casi 892.000 a importaciones, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Esto indica que cada mes se mueven de media por la red viaria unas 160.000 toneladas, casi 5.300 al día, lo que indica las consecuencias que pueden generar los cortes en las autovías y autopistas francesas.

Cerca de medio millón de toneladas correspondió a las semimanufacturas -hierro, acero, metales y químicos- y 212.000 a la industria del automóvil. La alimentación, las bebidas y el tabaco movió entre enero y septiembre más de 415.000, mientras que los bienes de equipo generaron un tráfico de 187.800 toneladas y los productos energéticos, apenas unas 8.000.

Por su parte, el portavoz de la Federación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera (Fetracal) Óscar Baños, presidente de la asociación Aempatra de Palencia, denunció a Ical los efectos que están teniendo para las empresas de la Comunidad esta movilización. Insistió en que están sufriendo pérdidas económicas, así como retrasos en las cargas y descargas, a lo que se une la incertidumbre, puesto que desconocen en que punto del país vecino serán parados.

Baños, que estuvo hace días bloqueado con su camión durante siete horas en Burdeos, explicó que temen que se produzca algún hecho lamentable, porque en los peajes se concentran muchas personas, con incluso niños, en lugares con poco espacio. «Puede quedar alguien debajo de una rueda y no te das cuenta», afirmó.

«Es un sinvivir», añadió porque a todo ello se une las dificultades que tienen para cumplir con las restricciones sobre las horas de conducción y descanso. «No hay forma de cumplir nada», lamentó y añadió que están siendo obligados, en algunos casos, a circular por las carreteras departamentales de Francia, por las que en algunos puntos no pueden pasar los camiones de más de 3,5 toneladas.

Factura

En términos económicos, el impacto de los ‘chalecos amarillos’ se está dejando sentir ya en las cuentas. Las pérdidas de los comercios y del sector turístico, junto al bloqueo comercial y los daños ocasionados han llevado al Banco Central de Francia a reducir hasta el 0,2 por ciento la previsión del crecimiento del cuarto trimestre de este año, frente al 0,4 por ciento inicial.

Entre las actividades que se están viendo resentidas por la revuelta se encuentra el transporte, que en Castilla y León supone el tres por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad, ya que cuenta con una veintena operadores logísticos internacionales con vocación terrestre, ferroviaria y marítima, que generan unos 550 empleos directos y unos 2.000 indirectos.

La actividad comercial entre Castilla y León y Francia sumó hasta septiembre 1.664 millones de euros en exportaciones y 2.948, en importaciones. En conjunto, superan los 4.600 millones, lo que mensualmente arroja una cantidad de 153 millones. Por sectores, el sector del automóvil acapara más del 40 por ciento, en concreto 1.926 -545 en exportaciones y 1.381 en compras-. Le siguen los bienes de equipo, con 1.300 millones, y la industria de semimanufacturas, con más de 855 millones.

Valladolid, en cabeza

Valladolid es por la industria del automóvil la más afectada por los problemas circulatorios en Francia. De hecho, en los primeros nueve meses del año, las exportaciones e importaciones alcanzaron un valor de 3.243 millones, con un volumen transportado por carretera de 603.818 toneladas. Esta provincia casi acapara la mitad del valor y la carga movida por los camioneros en la Comunidad. Le siguieron Burgos, con 431.721 toneladas y 752 millones y León, con 188.054 toneladas y 246 millones.

También Soria suma 82.123 toneladas entre enero y septiembre, por valor de 94 millones, seguida de Palencia, con 68.953 toneladas, por 105 millones; Segovia, con 42.939, por 72 millones; Zamora, con 25.345, por 25,5 millones, y Ávila, con 15.185, por 18 millones.

Movimiento fluorescente

En la primera jornada de bloqueos en carreteras, peajes y rotondas, el 17 de noviembre, los ‘chalecos amarillos’ -gillets jaunes- eran solo un movimiento contra la subida del diésel. Ahora reclaman un aumento del poder adquisitivo y un cambio de régimen. La violencia política, con manifestaciones y disturbios, llevó a Macron a dar marcha atrás en la subida de las tasas al carburante, prevista para el 1 de enero. Fue la primera victoria de los ‘chalecos amarillos’, pero llegaron otras en forma de un paquete nuevas políticas y de la apertura de una mesa de concertación social.

Las medidas anunciadas por el presidente francés no aplacaron la cólera del movimiento que tiene en vilo a Francia. El mandatario galo lanzó anuncios destinados a mejorar el poder adquisitivo -principal reclamo de las protestas- que incluyen un aumento de 100 euros del salario mínimo, una exención de impuestos para algunos jubilados y una prima de fin de año en las empresas «que puedan».

Infografía ICAL.

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