La compañía telefónica Vodafone ha comunicado la apertura de un procedimiento de despido colectivo que afectará a unos 1.200 empleados. El pasado año, contaba con una plantilla de 5.104 empleados, por lo que el ERE puede afectar al 23,5% de la misma (1 de cada 4 trabajadores).
Vodafone ha convocado a los representantes de los trabajadores para iniciar el periodo de consultas a finales de enero. Este proceso durará un mes y en él se buscará un acuerdo entre ambas partes. En este sentido, han manifestado que «siendo sensible al impacto de esta medida», tienen el objetivo de alcanzar «el mejor acuerdo posible tanto para los empleados como para la empresa».
La compañía ha aludido a razones económicas, productivas y organizativas para tomar la decisión. La intención es revertir la negativa evolución del negocio, que ha sufrido caídas en los ingresos y en el resultado bruto de explotación del primer semestre de su año fiscal. Quieren «reforzar su sostenibilidad, proteger la capacidad de inversión y diseñar una organización más competitiva y mejor adaptada a lo que piden los clientes».
Según han señalado, la demanda de servicios sigue creciendo de forma exponencial, pero, en cambio, los precios no aumentan. Cerca del 50% de las altas están asociadas con ofertas «low y medium cost». Esto obliga a tener una estructura de costes que permita competir con éxito en todos los segmentos.
Además, han añadido que las actuales expectativas de los clientes, que exigen una relación ágil, sencilla e inmediata, llevan a Vodafone a buscar un modelo organizativo más simplificado y que refuerce la coordinación y sinergias entre los equipos.
