Un heladero de Florencia (Italia) ha pagado cara la clavada que le dio a un turista taiwanés.
Le cobró 25 euros por un helado alegando que estaban muy sabrosos, y el pobre consumidor acabó pagando.
Pero el pícaro italiano no contaba con que el guía turístico de la víctima fuera a la Policía, que acudió al establecimiento y le metió una multa de 2.000 euros por haberle ocultado tras el mostrador la lista de precios.
El oficial de policía Elio Covino dijo a La Repubblica que «ocultar los precios es muy común y crea una mala impresión en todo el mundo, dado que los turistas son las principales víctimas».