[dropcap]E[/dropcap]n los inicios de la Logopedia en España se produjo la intervención del presidente de la Diputación de Badajoz en la inauguración de uno de los primeros congresos de AELFA (Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología), donde dedicó más de 20 minutos a hablar de la importancia que tenía el estudio de la glosopeda para acabar con esta terrible enfermedad de las vacas. O aquella señora que llamó a la puerta del despacho de Foniatría y, asomando la cabeza, preguntó si era allí la consulta de geometría.
En los primeros meses de 1973, los responsables del Hospital Universitario de Salamanca, ubicado en la calle del Espejo, en lo que hoy es Hospital Geriátrico de la Diputación Provincial, recibieron una buena noticia: las autoridades de la Seguridad Social subvencionarían algunos servicios que por entonces no existían en la Residencia Virgen de la Vega de la Seguridad Social, abierta con gran éxito hacía unos años.
El profesor Cañizo llamó a todos los componentes del servicio de ORL y nos pidió proyectos de un día para otro. Lo mismo hizo el resto de los catedráticos clínicos con su personal. Así surgieron de repente, sobre el papel, medio centenar largo de servicios y unidades que aspiraban a aplicar en Salamanca una medicina que se realizaba ya con éxito en Madrid y Barcelona.
No lo dudé, envié el organigrama de un servicio de Foniatría y Logopedia idílico: tres médicos foniatras, diez logopedas, un psicólogo del lenguaje, una audióloga infantil, una enfermera, un administrativo, un filósofo del lenguaje y un lingüista.
La sorpresa de Cañizo y, por supuesto, la mía fue mayúscula cuando respondieron afirmativamente a la propuesta realizada. De todas las solicitudes aceptaban convenir con el Hospital de la Universidad de Salamanca solamente dos nuevos servicios: Diálisis y Foniatría.
Nos concedieron los profesionales solicitados, excepto el filósofo del lenguaje y el lingüista. Me consta que intentaron por todos los medios a su alcance asignárnoslos, pero no encontraron estos profesionales en ningún hospital del mundo al que hacer referencia en la concesión. Así fue como nació el servicio mejor dotado de profesionales de patología de la audición, habla, voz y lenguaje de cuanto hay en España.
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