[dropcap]P[/dropcap]uede parecer un encanto de injusticia, aun así intentaré que durante unas palabras te parezca justo lo contrario. A veces dando la vuelta al jersey se ven mejores costuras.
Puede no ser cierto que quien la hace la paga. Debe no ser cierto. ¿Qué sentido tiene? ¿Qué sentido tendría? Que quien la haga no la pague, que no sea tonto.
¿Llamo al fontanero para pedirle factura y número de cuenta después de haber solucionado el atranque por mí mismo? ¿Pregunto precio de la silla que acabo de hacer con mis propias manos al carpintero? ¿Y qué tal dejar unos euros en la gasolinera tras ese paseo a tobillos de mis pies?
Quien lo hace, no lo paga, más bien al contrario. Lo posee, lo guarda, lo firma. Aunque le haya costado más. A quien no lo haga le costará ese otro más. Ése más distinto. Ése más impropio, Ése más azaroso, ése más impersonal, ése más de alguien más. Le constará el tiempo. Le costará el dinero.
¿Merece la pena cambiar oro por agua corriente? ¿Por una silla? ¿Por correr sentado? Sí. Todas las penas menos una. ¿Para qué está el metal si no? ¿Qué es aparte de un medio para conseguir cosas que hacen la vida más cómoda?
Todas las penas merecedoras y merecidas menos una. Para una no hay oro suficiente. No hay artículo ni necesidad, no hay oportunidad ni sobre coste, no hay docenas, kilos o litros. No hay dinero. No hay a quien comprar, no hay a quien vender, no hay escaparate, no hay almacén. Ahí solo hay un ay.
Cualquiera puede ver tus ojos, pero solo tú puedes ver con ellos. Cualquiera puede tocar tu piel, pero nadie puede sentir lo que ella siente cuando la tocan. Cualquiera puede ofrecerte alimento pero nadie puede saciar tu hambre. Cualquiera puede darte aliento, pero nadie respirar por ti.
Cualquiera puede hablarte. Cualquiera puede mostrarte, andar contigo, sentir contigo, pensar contigo.
Nadie puede decir tu boca. Solo tú. Nadie puede hacer tus manos. Solo tú. Nadie caminar con tus pies. Nadie puede latirte, lates tú. Nadie pensarte como te piensas tú. Nadie puede ser tú. Solo tú.
Cualquiera puede soñar contigo, pero solo tú sueñas tus sueños. Son solo tuyos. Solo tú puedes pensarlos, latirlos, caminarlos, hacerlos ciertos, Solo tú podrás contarlos.
Inencargable. Hoy o tarde.
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