La Consejería de Sanidad ofrecerá contratos de tres años a casi un centenar de residentes de Medicina de Familia y Comunitaria, unos 96, que terminan su especialidad en mayo, con el objetivo de que se incorporen a los equipos de Atención Primaria de Castilla y León. Ésta es una de las medidas que baraja, tras confirmar hoy su titular, Antonio María Sáez Aguado, que se descarta la posibilidad de contar con facultativos que no hayan terminado su MIR (Médico Interno Residente).
En ese sentido, el consejero explicó que Sanidad trabaja ya en otras “alternativas” expuestas por las sociedades científicas, con las que se comprometió este martes a estudiar y aplicar estas medidas, que pretenden hacer frente al déficit de profesionales sanitarios, un problema que recalcó no es exclusivo de Castilla y León, si bien en la Comunidad tiene un “foco muy activo” sobre el servicio sanitario.
Al respecto, el responsable de Sanidad señaló que el paquete de políticas que analiza su departamento incluye también una mejor remuneración, en concreto, para las acumulaciones de jornada en los casos en que existan dificultades para encontrar sustitutos.
Asimismo, Sáez Aguado, que presentó el programa ‘Lecturas Pacientes’ junto a la consejera de Cultura y Turismo, María Josefa García Cirac, indicó que la Consejería también tiene sobre la mesa iniciativas relacionadas con la productividad, así como otras que ya han sido trasladadas al Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, como el incremento de la oferta de plazas de formación en las especialidades deficitarias.
Igualmente, el titular de Sanidad insistió en pedir, como ya han hecho otras comunidades, una convocatoria extraordinaria para MIR de Medicina de Familia, así como agilizar la acreditación de nuevas unidades docentes, puesto que Castilla y León cuenta con 12 y 4.000 tutores, o el aumento del número de plazas existentes. Aseguró que el proceso de acreditación es “demasiado lento” puesto que algunas están planteadas desde hace dos o tres años.
Sáez Aguado reconoció que existe «resistencia» en el equipo del Ministerio que capitanea María Luisa Carcedo a lanzar una convocatoria MIR extraordinaria. El consejero insistió en que los problemas actuales no son responsabilidad de este gabinete, sino de las decisiones que se adoptaron hace diez u once años, así como a «errores» en la planificación.
Por ello, recalcó que la solución debe ser articulada por las comunidades y el Ministerio de Sanidad. Sáez Aguado también señaló que las sociedades científicas, colegios profesionales y los sindicatos, que expresaron su rechazo a la incorporación de médicos sin el MIR, deben buscar con la Consejería una solución a través de medidas que se concretarán en los “próximos días”.
De la misma forma, recordó la convocatoria con casi 800 plazas que tiene prevista la Junta de Castilla y León, el concurso de traslados y el programa de retención del talento de los mejores MIR, que también ofrece contratos de tres años para facilitar que los nuevos especialistas se queden en Castilla y León.
De hecho señaló que esta tarde se reúne el Grupo de Mejora de la Atención Primaria, que tratará de avanzar en el consenso amplio, “político y social”, para diseñar el modelo para la próxima década. Por ello, expresó su deseo de que esta cuestión no sea utilizada con fines “partidistas”.
Prueba única
Por otra parte, Sáez Aguado recordó que la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria cuenta en la oferta MIR con 120 plazas, frente al centenar actual, lo que demuestra en su opinión que Sanidad ha puesto en marcha ya iniciativas para hacer frente al déficit de facultativos. También puso de manifiesto el “esfuerzo” hecho en la formación de médicos por la Comunidad, por lo que aseguró debe buscar la fórmula para que se queden en Castilla y León.
En su opinión, el origen puede encontrarse en la prueba de acceso a la universidad. Sáez Aguado reclamó que sea única para evitar que los estudiantes de la Comunidad se vean perjudicados por la calidad y exigencia del sistema educativo de Castilla y León, lo que permite la llegada a las facultades de alumnos de otras autonomías.
Por ello, el consejero sostuvo que si los titulados fueran en mayor número de Castilla y León, seguramente apostarían por hacer el MIR en su comunidad y, también, por quedarse a trabajar en su tierra. Sin embargo, rechazó que sea necesario incrementar el número de alumnos de Medicina puesto que el próximo examen MIR prevé entre 7.000 y 8.000 plazas, frente a los 13.000 aspirantes que se enfrentarán a la prueba.
Aseguró que unos 5.000 se quedarán sin poder acceder a la especialidad. A su juicio el “problema” no se encuentra en el número de estudiantes de Medicina, sino en las plazas MIR y su distribución por especialidades. A todo ello se suma el modelo de financiación autonómica, que recalcó no cubre el gasto de los servicios públicos esenciales y que supone un perjuicio en conjunto para la Comunidad, por lo que criticó que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya negado su reforma por una posible convocatoria de elecciones, que tampoco ha hecho.