Las Bahamas, Luxemburgo, Islas Caimán, Singapur o Suiza, los nuevos destinos turísticos de la sociedad capitalista se erigen gracias al atractivo que desprenden. Evasión de impuestos, blanqueo de dinero, secreto bancario y agasajo al testaferro, los paraísos fiscales se configuran como espacios destinados al deleite sensorial y, sobre todo, económico que proporcionan una magnífica oferta de servicios exclusivos reservados únicamente a quienes poseen un gran capital.
Partiendo de las desigualdades económicas en la sociedad actual, Eugenio Merino ha recurrido con audacia a la ironía, a la cotidianeidad y a la crítica certera para acercar al público los grandes emisores de servicios financieros del mundo y todo su entramado de irregularidades. Dinamita la ineficacia legislativa y su permisividad y pasividad actuales, así como recalcar los conceptos de sumisión, control y, por supuesto, poder. Paraíso propone un nuevo uso de la bandera, cuestiona la denominación de patria y subraya los lindes fronterizos marcados por los bancos. Paraíso son monedas de chocolate y una invitación al disfrute de la sustracción.
La exposición cuenta con más de 16.000 monedas de chocolate suizo que el público podrá llevarse a casa y supone una evolución de “Suiza patria querida”, exposición individual de Eugenio Merino presentada en Espai Rambleta en 2016, comisariada también por Adonay Bermúdez.
Tal como explica el propio artista “Paraíso es el símbolo de la deslocalización de la riqueza y el escondite de las grandes fortunas y, ni siquiera, hace falta añadirle ‘fiscal’ porque en el mundo neoliberal ya todo hace referencia al capital”.
Asimismo, el comisario de la exposición, Adonay Bermúdez afirmó que esta muestra “supone un punto de inflexión en los más de veinte años de carrera de Eugenio Merino. Consiste en un nuevo comienzo, en un autoanálisis de su lenguaje y de su aportación como artista. Sin lugar a dudas, habrá un antes y un después con esta exposición en DA2”.