Los padres de un bebé que apenas tiene unos días de vida no olvidarán este sábado, por el susto que se llevaron.
A primera hora de la mañana entró una mujer en la habitación del hospital de Guadalajara donde estaban con su recién nacido.
Dijo ser pediatra y les comentó que tenía que llevarse al bebé para hacerle unas pruebas, pero no regresó.
Se activaron las alertas y se distribuyó una foto de ella por las farmacias del entorno por si la veían. Y, efectivamente, entró en la de su pueblo, Cabanillas del Campo, y la farmacéutica sospechó de ella porque no supo decirle que leche tomaba su recién nacido.
Avisó a la Policía, que se desplazó a la localidad, un vecino les informó de que había una mujer de 47 años que había perdido recientemente a su hijo nada más nacer, y fueron a su casa.
Ella les abrió la puerta pero lo negó todo entre lágrimas. Los agentes entraron y descubrieron al bebé, con su identificación en el cordón umbilical.
Una vez recuperado se lo devolvieron a su madre. Fueron tres horas interminables para esos padres.
La autor de los hechos fue trasladada, asimismo, al hospital para someterla a una revisión, porque sufría un trastorno transitorio tras perder a su hijo.